Una tela acústica soluciona la problemática de los ruidos no deseados, en un mundo en el que abundan.
Se trata de una capa textil delgada que genera ambientes silenciosos.
Es resultado de un trabajo multidisciplinario en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos.
Un material que se destaca por sus capacidades de insonorización y, además, por su delgadez. ¿Qué tanto? Los especialistas involucrados señalan que es apenas más grueso que un cabello humano.
La magia de la tela acústica ocurre cuando se le aplica voltaje. El textil contiene una fibra especial que vibra al recibir tal estímulo.
Así, con ese movimiento, suprime los sonidos.
“Es mucho más fácil crear ruido que silencio. De hecho, para evitar el ruido destinamos mucho espacio a paredes gruesas”, comentó Yoel Fink, profesor de Ciencia e Ingeniería en el MIT y autor principal de un artículo sobre este invento.
“Este trabajo nos muestra un nuevo mecanismo para crear espacios tranquilos con apenas una lámina de tela fina”, añadió.
Los ruidos pueden resultar molestos, en especial para aquellos que procuran un descanso reparador o que necesitan concentración a la hora de trabajar.
También para quienes simplemente prefieren los espacios tranquilos y silenciosos.
Hasta ahora, las soluciones para ese mal requirieron esfuerzo e inversión de dinero.
Paredes gruesas, siguiendo lo dicho por Fink.
Habitaciones que se acustizan, salas de grabación, estudios de radio, etcétera, con paneles absorbentes y resonadores, entre otros métodos y materiales costosos.
A veces, el remedio aparente es poner un sonido por encima de otro. Por ejemplo, algunas personas escuchan música a todo volumen en auriculares para combatir el bullicio.
El secreto de este invento es el aprovechamiento de las vibraciones en sus fibras, cortesía de un estímulo eléctrico.
Tales oscilaciones suprimen el sonido de dos maneras diferentes.
Una de las formas es la siguiente.
La tela vibra y genera ondas que interfieren con los sonidos no deseados, cancelándolos.
El funcionamiento de este método es similar al que emplean los auriculares con cancelación de ruido.
En términos resumidos, para lograr ese propósito, tales dispositivos trabajan en forma activa midiendo el sonido ambiental y generan una onda “en negativo” a través del auricular.
Es decir, no solo lo hacen en forma pasiva, incluyendo materiales como almohadillas.
Sin embargo, según comentaron los creadores de la tela acústica en un comunicado del MIT, los auriculares funcionan bien al focalizarse, en los oídos, pero no son útiles en altoparlantes.
La segunda técnica es sorprendente. En este caso, la tela se mantiene quieta y así suprime las vibraciones que transmiten el sonido.
Este enfoque es el que ilusiona a los expertos, pues permitiría emplear el ingenio en espacios más grandes.
Se nos ocurren algunos ejemplos en los que sería de gran utilidad: desde automóviles y aviones, hasta cubículos de trabajo.
Por supuesto, también en habitaciones para eludir los ruidos de los vecinos.
Otra buena noticia acerca de la tela acústica es su composición.
Para la confección, los investigadores del MIT emplearon materiales comunes como lona, muselina y seda.
Los orígenes de este trabajo se basan en uno previo, de 2022, cuando el mismo grupo de científicos creó un “micrófono textil”.
Para ello, cosieron en un paño una hebra de fibra que produce una señal eléctrica al apretarse o doblarse.
Así, cuando un ruido cercano provoca una vibración en la tela, se la convierte en una señal eléctrica, que puede capturar el sonido.
“Aunque podemos utilizar telas para crear sonido, ya hay mucho ruido en nuestro mundo.
Pensamos que producir silencio podría ser aún más valioso”, comentó uno de los científicos involucrados en esta investigación.
En función de ello, para el nuevo trabajo trocaron la idea original. En lugar de inventar un altavoz, idearon una tela que cancela las ondas sonoras.
Básicamente, la fibra piezoeléctrica vibra cuando se aplica una señal eléctrica, y esto genera sonido.
Los científicos de la universidad estadounidense lo demostraron tocando Aire de Johann Sebastian Bach.
Para ello, utilizaron una pieza de seda de 130 micrómetros colocada sobre un marco circular.
“Se ejerce un control sobre las vibraciones de la fibra piezoeléctrica para que las ondas sonoras emitidas por la tela sean opuestas a las ondas sonoras no deseadas que la golpean, lo que puede cancelar el ruido”, explicaron los especialistas.
Conocidas las bondades de este material, vale preguntar qué se necesita para que el ingenio ofrezca sus beneficios más allá del laboratorio.
De acuerdo al equipo liderado por la investigadora del MIT Grace Noel Yang, en las primeras pruebas la técnica es eficaz en áreas pequeñas. ¿Cómo llevar esta función, por ejemplo, a espacios grandes como dormitorios?
La clave será el empleo de la tela acústica como una especie de espejo de sonidos.
En este punto, los expertos involucrados descubrieron que la seda y la muselina son más eficientes, debido a que el tamaño de sus poros, más pequeños, los convierten en mejores “altavoces”.
Hasta ahora, en modo de supresión directa, encontraron que reduce significativamente el volumen de los sonidos hasta 65 decibelios, que es aproximadamente tan alto como una conversación humana.
En el modo de supresión mediada por vibraciones, la tela reduce la transmisión del sonido hasta en un 75 %.
En el futuro, los investigadores quieren explorar el uso de su tejido para bloquear el sonido de diferentes frecuencias.
Esto probablemente requeriría un procesamiento de señales más complejo y electrónica adicional.
“Hay muchas perillas que podemos girar para hacer que este tejido sea realmente efectivo. Esto es solo el comienzo”, dijo Yang.
Fuente: Advanced Materials