Investigadores de la Universidad de Tohoku en Japón experimentaron y descubrieron que pequeños insectos son capaces de adherirse firmemente a las rocas.
Entonces, el equipo imprimió en 3D carcasas para estos insectos y las unió a un brazo robótico.
Unos insectos se utilizaron para agarrar un trozo de algodón durante un par de minutos, mientras que otros recogieron corcho, madera y cilindros de plástico.
Un área en la que los insectos pueden necesitar trabajo es su mecanismo de liberación, ya que pueden recoger objetos sin problemas.
Los insectos fueron devueltos a la naturaleza después de este experimento.
“Este método no daña a estas criaturas, lo que permite su liberación en la naturaleza después de su uso.
También se analiza cómo este concepto puede expandirse a otros organismos y aplicaciones“, dijeron los investigadores.
Fuente: New Scientist
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