BUSCAN USAR BACTERIAS MAGNÉTICAS COMO MICROBOMBAS CONTRA EL CÁNCER

Buscan usar bacterias magnéticas como microbombas contra el cáncer

Comparta este Artículo en:

Los medicamentos contra el cáncer tienen efectos secundarios, por lo que hace muchos años que se investiga sobre posibles maneras de transportar las sustancias activas a un tumor dentro del cuerpo con la mayor precisión posible.

Ese es el único lugar en el que los medicamentos deberían actuar.

Un enfoque bastante nuevo consiste en inyectarlos en el torrente sanguíneo y controlar su transporte por pequeños vasos sanguíneos en los lugares del tumor alterando localmente el flujo sanguíneo con pequeños vehículos.

Algunos grupos de investigadores han creado microrrobots para cuya forma y propulsión se han inspirado en las bacterias y que son lo suficientemente pequeños como para ser insertados en los vasos sanguíneos.

Estos microvehículos pueden ser impulsados desde fuera del cuerpo por un campo magnético en movimiento.

Simone Schürle, profesora del Departamento de Ciencias de la Salud y Tecnología del Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zúrich (ETH), va ahora un paso más allá:

En vez de microrrobots inspirados en bacterias, quiere utilizar bacterias reales que son magnéticas.

Estos singulares microorganismos, las bacterias magnetotácticas, fueron descubiertos en el mar hace 45 años.

Estos microorganismos absorben el hierro disuelto en el agua; se forman cristales de óxido de hierro en su interior y se alinean en una fila.

Como la aguja de una brújula, estas bacterias se alinean con el campo magnético de la Tierra para poder navegar en el agua de manera dirigida.

El equipo de Schürle investigó cómo utilizar un campo magnético para controlar estas bacterias en el laboratorio como una forma de dirigir el flujo de líquidos de manera controlada.

En sus experimentos, se aplicaron solo campos magnéticos rotativos relativamente débiles para hacer girar a las bacterias en las direcciones deseadas.

Y con muchas bacterias en un enjambre, se demostró que era posible mover el fluido que las rodeaba.

Las bacterias producen un efecto similar al de una microbomba, lo que significa que son capaces de mover las sustancias activas presentes en el líquido en diferentes direcciones, por ejemplo, desde el torrente sanguíneo hasta el tejido tumoral.

Utilizando campos magnéticos superpuestos que se refuerzan o anulan localmente, esta actividad de bombeo puede limitarse a una pequeña región con una precisión elevadísima, como ha podido demostrar el equipo de Schürle en las simulaciones.

Una gran ventaja de las bacterias sobre los microrrobots es que son fáciles de producir.

Basta con cultivarlas en biorreactores.

Fuente: Noticias de la Ciencia

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *