Esta abeja robótica de Harvard a diferencia de la real, no solo vuela también nada.
Robobee no es una nueva creación, pero tiene una nueva habilidad: utiliza el mismo movimiento para volar en el aire, para empujarse a sí mismo hacia adelante a través del agua.
Bajo la superficie acuática desacelera su ritmo, bate sus alas a una velocidad de 9 Hz en lugar de 120 Hz.
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Pesa sólo 100 miligramos, y aún no puede llevar una batería. En su lugar, debe estar atada a una fuente de energía todo el tiempo.
Aún así, un dron que puede pasar de aire al agua es un sin duda una propuesta atractiva.
Fuente: Gizmodo