Científicos de Vanderbilt han logrado evitar que ratones engorden, mediante el uso de la bacteria E. coli modificada genéticamente.
Experimentos previos han tomado las bacterias del intestino de los seres humanos obesos y las han puesto en ratones.
Los ratones se volvieron gordos a pesar de que su dieta se mantuvo igual.
Pero estos experimentos implican el trasplante de miles de bacterias diferentes a la vez, y nadie está realmente seguro de cómo trabajan juntas para crear grasa de ratón o no.
Un estudio de la obesidad reciente también involucra microbios intestinales, pero su principio rector es bastante diferente.
En lugar de alterar la composición microbiana total del intestino, el equipo de Vanderbilt agrega sólo un tipo de bacterias modificadas genéticamente para ser, en esencia, una pequeña fábrica de drogas en el intestino.
Las bacterias utilizadas son las comunes E. coli, pero llevan un gen de N-acil-fosfatidiletanolaminas, lo que las convierten en supresoras del apetito.
En más de 8 semanas, los ratones que recibieron esta bacteria ganaron 15 por ciento menos de peso que aquellos que no lo hicieron.
Esta tecnología no está lista después de un solo estudio en ratones.
Una de las complicaciones, por ejemplo, es lograr que las bacterias sobrevivan en una tripa natural llena de competidores microbianos.
Fuente: Gizmodo