La compañía de Bill Gates, TerraPower, tiene 7 años para probar, licenciar y construir sus reactores de nueva generación y convencer al gobierno de EE. UU.
Desde su surgimiento, la energía nuclear ha impreso diferentes sensaciones.
En sus albores estuvo relacionada a los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki (1945) durante la Segunda Guerra Mundial.
Una vez finalizado ese conflicto bélico, se dio inicio a la era atómica (década de 1950) en la que se pensaba que la energía nuclear reemplazaría a las fuentes de energía fósiles, como el carbón o el petróleo.
Por aquel entonces, había pasado a ser símbolo de la modernidad y el progreso, sin embargo, los desastres de Three Mile Island (1979), Chernobyl (1986) y, el más reciente, Fukushima (2011), la tiñeron, nuevamente, de miedo.
El magnate, filántropo y cofundador de Microsoft, Bill Gates, está dispuesto a cambiar ese concepto con TerraPower, una compañía que fundó en 2006 y que trabaja sin cesar para construir los reactores del futuro: más baratos, limpios y seguros que los convencionales.
El desarrollo tecnológico de los reactores de próxima generación ya está en marcha.
Las características de estos sistemas de TerraPower, si cumplen con sus promesas, permitirían generar energía de manera más segura y asequible a nivel global.
No obstante, el desafío más grande que la compañía tiene es superar la nefasta reputación que la energía nuclear ha adquirido durante los últimos años.
Una hazaña de tal magnitud requiere de mucho dinero y gente con la suficiente competencia y poder como para actuar ante actores públicos y privados.
En ese sentido las cosas parecen estar fluyendo a favor, según le dijo a CNBC el principal investigador y científico del del departamento de ciencia e ingeniería nuclear del Instituto de Tecnología de Massachusetts, Charles Forsberg:
“El factor más importante es que Bill Gates está detrás de esto”.
TerraPower está recuperando fuerzas tras el golpe que le significó la guerra comercial entre los Estados Unidos y China.
Bill Gates había llegado a tener una reunión con el presidente Xi Jinping para instalar en el país una central nuclear de próxima generación, pero todo quedó en el aire cuando el gobierno norteamericano prohibió las inversiones de fondos en el país asiático.
Sin embargo, una alternativa comenzó a emerger fronteras adentro.
En octubre de 2020, los proyectos de TerraPower y el de X-energy fueron seleccionados por el gobierno de EE. UU. para demostrar la viabilidad de los nuevos sistemas de energía nuclear.
Para ello, a través del Programa de demostración de reactores avanzados (ARDP, por sus siglas en inglés), recibieron 160 millones de dólares para probar, licenciar y construir sus reactores avanzados en 7 años.
El presidente y director ejecutivo de TerraPower, Chris Levesque, le dijo a CNBC que para 2050 imaginan una red que funciona con energía solar y eólica «muy significativa», pero que se complementa con los reactores fabricados por ellos mismos.
Es que la empresa fundada por Bill Gates quiere, además, ayudar a que Estados Unidos se convierta en un líder de la energía por fisión nuclear, con capacidad para exportar reactores «que marcarán el estándar para el mundo».
Pero, ¿pueden los reactores de próxima generación ser realmente competentes?
¿Qué diferenciales tiene esta tecnología frente a la disponible actualmente?
Básicamente, la idea se sostiene bajo los tres pilares mencionados anteriormente.
La seguridad, los costos reducidos y la menor cantidad de residuos. Vamos por partes.
Los reactores Natrium de TerraPower contarán con un sistema de refrigeración basado en sodio líquido.
La fisión nuclear, proceso en el que los átomos se dividen y liberan energía, genera mucho calor.
En las plantas convencionales, el agua absorbe este calor, se convierte en vapor y hace mover una serie de turbinas que producen electricidad.
Uno de los problemas que tienen las plantas actuales, es que el vapor puede acumularse y generar presión dentro de un reactor.
Si por algún motivo esa presión no puede ser controlada, puede ocurrir una explosión.
Los reactores impulsados por Bill Gates se enfrían con sodio, que tiene un punto de ebullición más alto y puede absorber más calor que el agua. ¿El resultado? Menos presión y menos peligro.
Asimismo, los reactores nucleares de TerraPower, a diferencia de los convencionales, no dependen de fuentes de energía externa para operar el sistema de enfriamiento en caso de una parada de emergencia del reactor.
El sistema funciona a través del aire que surge de la circulación natural dentro del sistema, llamado sistema de enfriamiento de aire de la vasija del reactor.
Este tipo de solución podría ser efectiva para evitar accidentes como el ocurrió en Fukushima, en el que el sistema de enfriamiento de respaldo falló luego que el terremoto golpeó el reactor de planta.
Construir un reactor nuclear con la tecnología actual requiere de inversiones de miles de millones.
Según Reuters, el sistema que se está construyendo en Plant Vogtle en Georgia costará unos 25 mil millones de dólares.
Una planta completa de TerraPower costaría alrededor de mil millones de dólares en gastos de capital.
Probablemente se pregunte el por qué de ese costo drásticamente menor.
Según la propia compañía fundada por Bill Gates, esto se debe a que las plantas Natrium, al operar a una presión más baja, no requieren muros de protección tan resistentes.
A su vez, tampoco tan tan grandes como la convencionales, por lo que el perímetro de edificación es mucho menor.
Los residuos nucleares son uno de los desafío más grandes de la energía nuclear.
Estos desechos radioactivos son producto de la fisión nuclear y «pueden producir dosis de radiación letales durante períodos cortos de exposición directa«, según Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos.
Actualmente, se almacenan en la misma planta en la que se generaron, en vetustos contenedores de acero y concreto.
Los reactores de TerraPower, serían efectivos, también, en este apartado.
Al utilizar el combustible de uranio de forma más eficiente, produciría menos desechos que las plantas convencionales.
Bill Gates asegura que la energía nuclear ha sido más segura que cualquier otra fuente de generación de energía.
Y que, a pesar de su mala reputación, es la opción más conveniente cuando se analiza por muertes por unidad de electricidad generada.
Ahora, solo el tiempo dirá si veremos miles de reactores nucleares de TerraPower instalados en diferentes partes del globo.
Lo cierto es que el tiempo de 7 años para construir un modelo que garantice su efectividad ya está en marcha.
Fuente: Hipertextual