La gran prueba cuántica, coordinada por un laboratorio de Barcelona, se realizará el 30 de noviembre en diferentes países de forma simultánea.
El Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO), situado en Castelldefels (Barcelona), busca a al menos 30.000 personas en todo el mundo para llevar a cabo un experimento inédito de física cuántica de forma simultánea el próximo 30 de noviembre.
Este laboratorio coordina el proyecto mundial The Big Bell Test (El Gran Test de Bell), una prueba científica que funciona mediante la aleatoriedad humana y en la que toman parte equipos científicos de todo el mundo.
The Big Bell Test (BBT) es un proyecto global para incorporar lo impredecible o aleatorio del comportamiento humano a ciertos experimentos de física de frontera.
Según los investigadores, hay aspectos de la realidad física que sólo se pueden conocer si se formulan a la naturaleza preguntas aleatorias, impredecibles.
El experimento más famoso de este tipo es el test de Bell, que trata de sorprender a las partículas cuánticas mientras «hablan» entre sí para ponerse de acuerdo sobre qué contestar a nuestras «preguntas».
En el BBT, varios laboratorios de todo el mundo preparan las partículas cuánticas entrelazadas a estudiar: electrones, fotones, átomos y superconductores.
A través de internet, una multitud de participantes, los Bellsters, inundarán con «preguntas» impredecibles (medidas, de hecho) a estas partículas.
«Juntos, laboratorios y Bellsters, llevaremos a cabo experimentos de física cuántica únicos, entre ellos el primer test de Bell que funciona mediante la aleatoriedad humana», explican desde la web del proyecto.
La iniciativa surgió a raíz de las contribuciones hechas por el ICFO a los experimentos de Bell realizados en 2015, experimentos que supusieron una atención y dedicación extraordinaria a la naturaleza de la aleatoriedad y su papel en experimentos de física.
El ICFO contribuyó a estos experimentos aportando un generador físico de números aleatorios que produce números aleatorios muy puros y a una velocidad muy rápida.
Estos experimentos fueron los que inspiraron la idea de realizar un experimento a gran escala controlado por seres humanos y utilizando las tecnologías de internet que disponemos hoy en día.
Según ha explicado el profesor del ICFO Morgan Mitchell, «la física esconde misterios muy profundos que sólo pueden estudiarse mediante preguntas impredecibles de la naturaleza.
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En términos generales, la idea recae en que si la naturaleza sabe lo que le vamos a preguntar, podría engañarnos con una respuesta preparada».
«Normalmente, los científicos no son tan paranoicos, pero algunas de las predicciones hechas por la física cuántica son tan extrañas, partículas diminutas que se hablan la una a la otra separadas por enormes distancias, objetos que se comportan de manera diferente cuando no los estamos mirando, que lleva a pensar que la paranoia es completamente apropiada, incluso necesaria», ha señalado Mitchell.
Así, «los seres humanos toman decisiones independientes, las cuales son muy valiosas, y comprenden una forma única de hacer preguntas impredecibles, sin importar qué secretos la naturaleza nos podría estar escondiendo», ha añadido el investigador.
El 30 de noviembre habrá nueve experimentos simultáneos en instituciones científicas de Australia, Chile, Italia, Austra, Alemania, Suiza y China.
En España, se llevarán a cabo en la Universidad de Sevilla y el ICFO (Barcelona). Los experimentos pondrán a prueba, entre otras muchas cosas, las propiedades de las partículas entrelazadas.
Carlos Abellán, estudiante de doctorado en el ICFO e instigador del proyecto, además de ser el diseñador de la plataforma que redirigirá los datos a cada laboratorio, considera que «lo más fascinante del Big Bell Test es que las personas y los científicos juegan un papel de igual importancia para el éxito del experimento».
«Es una oportunidad única para acercar la investigación de frontera en física cuántica a la gente», añade.
Durante ese día, los científicos pedirán a las 30.000 personas que participen en todo el mundo que contribuyan a través de un vídeojuego, creado específicamente para este proyecto, que se puede encontrar en el sitio web The BIG Bell Quest.
Todo aquel que se una a la iniciativa se enfrenta al reto de crear una secuencia de ceros y unos los más impredecibles o aleatorios posible.
Estos bits se enviarán en tiempo real a los experimentos de física cuántica en todo el mundo, donde van a determinar las “preguntas” (es decir, las mediciones realizadas) de los objetos cuánticos, que incluyen átomos, fotones, y superconductores.
El objetivo principal de The Big Bell Test es demostrar, por primera vez, que las decisiones humanas pueden contribuir a la ciencia fundamental, y, al mismo tiempo, llevar a cabo una serie de experimentos nunca antes realizados.
Fuente: ABC