Una cantidad cada vez más preocupante de basura espacial, integrada por satélites fuera de servicio y por trozos de estos y de otros vehículos espaciales, se está acumulando alrededor de la Tierra.
Cuantos más desechos haya en órbita, mayor será el riesgo de que algunos de ellos colisionen contra naves espaciales en servicio, incluyendo las que llevan personas a bordo.
Científicos han llegado a la conclusión de que la mejor manera de evitar esas colisiones es poner a patrullar alrededor de la Tierra satélites equipados con cañones láser y controlados por inteligencia artificial para que actúen por su cuenta contra cualquier pedazo de basura espacial que resulte una amenaza inminente para alguna nave espacial en servicio.
Gracias a la inteligencia artificial, estos vehículos armados con cañones láser podrían decidir las maniobras a realizar para actuar rápidamente contra cualquier pedazo de chatarra espacial de cualquier tamaño.
En cada operación de eliminación podrían intervenir uno o más de estos vehículos.
Esta línea de investigación y desarrollo cuenta con financiación de la NASA.
El trabajo lo está realizando el equipo de Hang Woon Lee, de la Universidad del Oeste de Virginia.
El trabajo se encuentra en sus primeras fases y, actualmente, el equipo de investigación está verificando las características de los algoritmos que controlarán los cañones láser.
Otros investigadores están desarrollando sistemas para retirar basura espacial, pero emplean ganchos, arpones, redes y otras herramientas por el estilo, pero solo funcionan con objetos de desecho de gran tamaño.
El sistema de Lee debería ser capaz de eliminar objetos de casi cualquier tamaño.
La red de satélites con cañones láser podrá tomar muchas decisiones por sí sola, realizando maniobras y estableciendo prioridades sin depender de instrucciones humanas directas.
El sistema dictará qué combinación de cañones láser dispara y contra qué trozos, garantizando al mismo tiempo que las nuevas trayectorias de los objetos alcanzados por los rayos láser no entrañen peligro de colisión.
Los cañones láser, aunque potentes, no lo serán tanto como para volatilizar al instante el objeto entero contra el que disparen.
En vez de eso, el rayo láser vaporiza una pequeña parte del objeto, generando un penacho de plasma de alta velocidad que lo desvía de su trayectoria y lo envía hacia otra órbita.
La nueva órbita puede escogerse con precisión empleando varios cañones láser, e incluso puede enviarse el objeto a una órbita que acabe provocando su reentrada atmosférica, haciendo que se queme por el roce del aire en su caída a la Tierra y desaparezca para siempre del espacio orbital.
Fuente: Noticias de la Ciencia