Se calcula que producir un minuto de vídeo demanda una hora de edición. Ahí es cuando interviene Graava, una pequeña cámara de video que con la ayuda de sensores detecta y procesa los hechos más importantes de una grabación.
Algunos de los momentos más notables capturados en video son producto de la suerte y la espontaneidad.
Al otro extremo encontramos ediciones de alta calidad, basadas en la grabación de horas y horas de contenido.
Esto implica que un par de ojos (como mínimo) deben recorrer todas esas horas y extraer lo más interesante, adaptado a la dinámica de portales como YouTube y las redes sociales.
Por supuesto, esto no es obligatorio.
Si alguien decide conectar una GoPro a su casco y arrojarse de una montaña esquiando o montando en bicicleta, cada segundo del video final merece ser compartido en la Web.
Sin embargo, esto es la excepción y no la regla. Si el usuario se ve obligado a mantener largas sesiones de edición, ¿existe la posibilidad de una alternativa?
En la cámara Graava su sistema de edición combina datos provenientes de cinco sensores (video, audio, acelerómetro, GPS y monitor cardíaco opcional), y los utiliza para detectar esos instantes que de ningún modo pueden ser ignorados.
Puede, además, sincronizar el contenido de varias cámaras Graava y editarlas en un solo video.
Graba Full HD a 30 fps, puede grabar videos de lapso de tiempo a 4K. Batería 1.100 mAh para 3 horas de uso.
Si más allá de estos parámetros el usuario desea un mayor control, la aplicación oficial de Graava (iOS y Android) permitirá ediciones manuales precisas, acompañadas por otras funciones como la sincronización de video con música externa.
Se espera esté disponible en febrero del 2.016.
Fuente: Neoteo