En 2016, los científicos dieron a conocer uno de los esfuerzos de ingeniería genética más ambiciosos: querían hacer nada menos que crear (no solo editar) células humanas inmunes a todos los virus conocidos.
Hubo un comienzo difícil que incluyó déficits de financiación dramáticos, pero ahora parece que la iniciativa se está poniendo en marcha en serio.
El Instituto Wyss de Harvard y la empresa francesa de inmunoterapia Cellectis han formado una asociación que permitirá a Celletis suministrar herramientas de ingeniería genómica a un equipo de Wyss liderado por George Church.
Usarán enzimas personalizadas para eliminar los codones redundantes (“trillizos” de nucleótidos que producen aminoácidos para proteínas específicas) y evitar que los virus con esos codones se apropien de las células para producir copias de sí mismos.
El proyecto necesita hacer 400,000 cambios a los 20,000 genes en el genoma humano (para el contexto, el equipo de Church hizo 321 cambios a la bacteria E. coli).
Y esto no será asequible en el corto plazo: costaría alrededor de US$30 millones recodificar un genoma humano, e incluso los planes para reducir ese costo en mil veces seguirían siendo un ejercicio no trivial.
Se dieron 10 años para alcanzar su objetivo, y no hay certeza de que el grupo logre su objetivo a tiempo.
Aún así, es fácil ver por qué quieren intentarlo.
Las células a prueba de virus podrían usarse para terapias con células madre que podrían evitar virus peligrosos como el VIH.
Hay aplicaciones más amplias, también.
Los científicos podrían reemplazar codones que tienen más probabilidades de producir tumores cancerosos, y el enfoque podría ser utilizado en células no humanas (como cultivos resistentes a virus).
No marcaría el fin de las enfermedades, pero es probable que tenga menos probabilidades de contraer una enfermedad o de enfrentar sus efectos.
Fuente: Engadget