Los últimos avances en una peculiar línea de investigación y desarrollo ofrecen una segunda vida a algunos discos compactos desechados: convertirlos en biosensores flexibles, baratos y fáciles de fabricar.
Un equipo integrado, entre otros, por Matthew Brown y Ahyeon Koh, ambos de la Universidad de Binghamton (Universidad Estatal de Nueva York) en Estados Unidos, ha ideado y demostrado un método para separar la fina capa metálica de un CD dorado del sustrato de plástico rígido y usar la película metálica para conformar sensores capaces de monitorizar a través de la piel la actividad eléctrica en los corazones y músculos humanos, así como el pH y los niveles de lactato, glucosa y oxígeno.
Estos sensores pueden comunicarse con un smartphone a través de Bluetooth.
La fabricación se realiza en 20 o 30 minutos sin liberar productos químicos tóxicos ni necesitar equipos costosos, y cuesta alrededor de 1,50 dólares por dispositivo.
El siguiente paso en esta línea de investigación y desarrollo será explorar las posibilidades que ofrecen los CDs plateados para un reciclaje del mismo tipo que el aplicable a los dorados.
Además, hay planes para agilizar el proceso de conversión de CD a sensor utilizando rayos láser en sustitución de un paso mecánico del proceso.
Fuente: Binghamton University