En el caso de un robot bípedo avanzado, suelen ser necesarios muchos sensores para que este sea capaz de mantener el equilibrio en tiempo real mientras avanza sobre un terreno.
Depender tanto de los sensores hace vulnerable al robot a fallos en ellos, algo que puede ocurrir fácilmente en entornos hostiles, como el escenario de una catástrofe o la superficie de otro mundo, y también en entornos que cambian muy rápidamente.
Con cuatro, seis u ocho patas, el problema tiende a reducirse. ¿Y con más patas?
Los ciempiés son conocidos por su andar serpenteante. Con decenas o cientos de patas, pueden atravesar cualquier terreno sin detenerse.
Un equipo que incluye a Baxi Chong, Daniel Goldman, Juntao He y Daniel Soto, todos del Instituto Tecnológico de Georgia (Georgia Tech) en Estados Unidos, desarrolló una teoría según la cual añadir pares de patas a un robot aumenta su capacidad para moverse con destreza, rapidez y estabilidad sobre superficies difíciles.
Esta redundancia de patas hace que estas tengan éxito por sí solas sin necesidad de sensores para interpretar el entorno.
Si una pata no logra apuntalarse debidamente sobre el terreno, la abundancia de patas mantiene al robot en movimiento e impide que se caiga, a pesar de todo.
Esto hace de un robot así un sistema fiable para realizar trayectos por terrenos escarpados e incluso para trasladar un cargamento de un sitio a otro a través de terrenos difíciles.
Intrigado por ver si una cantidad grande de extremidades podría ser útil para la locomoción en un robot, el equipo preparó terrenos difíciles y probó en ellos un robot aumentando su número de patas de dos en dos cada vez, comenzando con 6 y ampliándolo finalmente a 16.
A medida que aumentaba la cantidad de patas, el robot podía moverse más ágilmente por el terreno, incluso sin sensores, como predecía la teoría.
Finalmente, probaron el robot al aire libre en terrenos reales, donde fue capaz de desplazarse por diversos entornos.
Mientras que los robots bípedos y cuadrúpedos dependen en gran medida de sensores para atravesar terrenos complejos, el nuevo robot multipata se vale de la redundancia de patas y puede realizar tareas similares a las que realizan esos robots y a un costo más bajo.
Esto hace de los robots ciempiés una opción idónea para aplicaciones en agricultura, exploración espacial e incluso búsqueda y rescate.
Los investigadores ya están aplicando sus descubrimientos a la agricultura.
Goldman ha cofundado una empresa que aspira a utilizar estos robots para desherbar tierras de cultivo donde los herbicidas son ineficaces.
“Son una especie de Roomba, pero en el exterior, para terrenos complejos“, explica Goldman.
Estos investigadores han completado ya dos estudios en esta línea de investigación y desarrollo.
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