Este robot violonchelista tiene dos brazos, también puede tocar otros instrumentos de arco como el contrabajo.
El compositor Frederik Gran no es ajeno a la escritura musical, pero su última pieza ciertamente es diferente a cualquier otra. ¿Por qué?
Escribió la pieza para un violonchelista robot equipado con dos brazos, cada uno con su propio trabajo.
Uno de ellos mueve del arco, mientras que el otro hace todo el trabajo de los trastes.
Esta composición fue diseñada para explorar las técnicas de interpretación únicas y específicas que ofrece este sistema.
La pieza también subraya el potencial idiomático del violonchelista robot, a la vez que investiga sus características antropomórficas y sus implicaciones escenográficas.
Es un violonchelista robot con un estilo de interpretación individual, completo con técnicas y una perspectiva compositiva reflexiva.
Fuente: Techeblog