Demuestran que la luz ultravioleta lejana puede matar coronavirus sin dañar a los seres humanos

La luz ultravioleta puede matar criaturas microscópicas como bacterias y virus al destruir los enlaces moleculares en su material genético.

Pero la luz ultravioleta también daña el ADN humano, daña los ojos y la piel y aumenta nuestro riesgo de cáncer.

Sin embargo, resulta que hay una laguna: una longitud de onda específica de luz ultravioleta que es segura para las personas pero capaz de matar los coronavirus, tanto en las superficies como en el aire.

Desde el comienzo de la pandemia, probablemente haya pasado mucho tiempo en sitios como Amazon, lo que significa que probablemente haya visto innumerables anuncios de dispositivos que prometen desinfectar cosas en su hogar usando luz ultravioleta, específicamente, una variedad de Longitudes de onda UV llamadas UVC (que es luz con una longitud de onda entre 200 y 280 nanómetros).

Afortunadamente, la atmósfera de la Tierra impide que nos lleguen los rayos UV, aunque todavía tenemos que preocuparnos por la luz ultravioleta de longitud de onda más larga, que daña nuestra piel y ojos.

La desinfección con luz UVC funciona: los hospitales y las instalaciones médicas la han utilizado durante décadas para limpiar equipos de protección personal, herramientas, equipos, habitaciones e incluso agua.

Dependiendo de cómo se implemente, UVC puede ser especialmente bueno para entrar en pequeños rincones y grietas que de otra manera serían muy difíciles de desinfectar.

Sin embargo, existen algunos problemas con el uso de luz UVC para desinfectar.

Necesita una cierta intensidad para matar rápidamente los microbios.

Con los dispositivos de baja potencia que se venden a los consumidores, necesitaría dejar un dispositivo como un teléfono inteligente encerrado dentro de una caja brillante durante mucho tiempo para que se desinfecte de manera efectiva, y eso suponiendo que esté adecuadamente expuesto a la luz UVC en todos lados.

El otro problema es un poco más preocupante: la luz UVC germicida con una longitud de onda de 254 nanómetros se considera carcinógena y provoca mutaciones en el ADN en la piel y los ojos.

Los hospitales toman medidas extremas para usarlo de manera segura, donde el consumidor promedio sin duda no lo haría.

Como resultado, expertos como Jim Malley, profesor de ingeniería civil y ambiental en la Universidad de New Hampshire y presidente fundador de la International Ultraviolet Association, recomiendan en cambio el distanciamiento social, el lavado de manos adecuado, máscaras e incluso toallitas desinfectantes para minimizar la exposición a covid-19, al menos por el momento.

Dos estudios recientes, uno realizado en el Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia y otro en la Universidad de Hiroshima en Japón, han encontrado que una longitud de onda muy específica de luz UVC (222 nanómetros) no puede penetrar la capa lagrimal o la capa de células muertas de la piel, evitando que alcance y dañe las células vivas del cuerpo humano.

El estudio de la Universidad de Columbia, publicado en junio de 2020, encontró que incluso una exposición baja a la luz UVC de 222 nanómetros podía matar dos coronavirus comunes (que causan resfriados estacionales) que se habían aerosolizado.

La exposición a esta luz ultravioleta lejana durante unos ocho minutos mató al 90% de los coronavirus en el aire.

Fueron necesarios unos 25 minutos de exposición para eliminar el 99,9% de los virus.

La semana pasada, otro estudio de la Universidad de Hiroshima confirmó que la luz ultravioleta lejana fue eficaz para matar el SARS-CoV-2 (el virus que causa el covid-19), aunque las pruebas se realizaron en un entorno más controlado.

Los investigadores expusieron un cultivo viral en una placa de poliestireno a una lámpara UVC lejana a una distancia de 24 centímetros, que mató al 99,7% del virus en solo 30 segundos.

A pesar de las pruebas exitosas, el equipo de investigación japonés cree que se deben realizar más estudios con luz UVC lejana utilizando superficies y entornos del mundo real antes de que se adopte como una herramienta eficaz para la desinfección.

Sin embargo, es un descubrimiento emocionante, ya que la luz ultravioleta lejana podría, en teoría, desplegarse de manera segura en lugares públicos, incluso cuando hay personas presentes.

También haría que los dispositivos de esterilización UVC destinados a los consumidores fueran más seguros y más baratos de producir, si ya no se necesitan dispositivos de seguridad (por ejemplo, mecanismos de bloqueo).

Fuente: Gizmodo