Científicos están desarrollando una batería flexible que se puede estirar y lavar.
Incluso cuando se tuerce o se estira al doble de su longitud normal, la batería sigue siendo completamente funcional, gracias a que el zinc y el dióxido de manganeso revestidos se muelen en pequeños pedazos antes de incrustarse en un plástico gomoso o polímero.
Lo que el Dr. Ngoc Tan Nguyen, junto con su equipo de científicos, descubrió fue que las varias capas ultrafinas de estos polímeros envueltas dentro de una carcasa del mismo polímero crearon un sello hermético e impermeable que garantiza la integridad de la batería a través del uso repetido.
Incluso llegaron a someter la batería a 39 ciclos de lavado y lograr que saliera ilesa.
Ahora, el objetivo es aumentar la potencia de salida y el ciclo de vida de la batería para crear una versión recargable de bajo costo para los consumidores.
“Pusimos nuestros prototipos en un ciclo de lavado real tanto en lavadoras domésticas como comerciales.
Salieron intactas y funcionales y así es como sabemos que esta batería es realmente resistente.
Elegimos zinc-manganeso porque para los dispositivos que se usan junto a la piel, es una química más segura que las baterías de iones de litio, que pueden producir compuestos tóxicos cuando se rompen”, dijo Bahar Iranpour, estudiante de doctorado en la Universidad de Columbia Británica.
Fuente: Techeblog