Es una visión del futuro transporte acuático.
Un equipo de investigadores del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial (CSAIL) del MIT han construido una flota de embarcaciones autónomas que podrían proporcionar una visión tentadora del futuro del transporte autónomo.
A diferencia de la curvatura de un bote regular, estas embarcaciones impresas en 3D adoptan una estructura rectangular: una característica de diseño deliberada que les permite moverse hacia los lados, sujetarse a otros objetos y, potencialmente, montarse como puentes flotantes o plataformas para eventos musicales flotantes y dispositivos móviles en el mercado de alimentos.
Para darles vida, los investigadores imprimieron un casco rectangular y conectaron 16 secciones diferentes.
Son ágiles y resistentes, gracias a cuatro propulsores colocados convenientemente, y pueden deslizarse suavemente sobre el agua.
Cada uno mide 4×2 metros de tamaño, está equipado con una fuente de alimentación, balizas de frecuencia móvil y de radio, y una antena WiFi.
“Imagínense desplazar algunos de los servicios de infraestructura que suelen tener lugar durante el día en la carretera (entregas, gestión de basura, gestión de desechos) hasta la mitad de la noche, en el agua, utilizando una flota de embarcaciones autónomas”, dijo Daniela Rus, director de CSAIL.
Además de minimizar la congestión del tráfico, otro beneficio inherente de los barcos impresos en 3D radica en su naturaleza autónoma; el transporte que requiere control humano puede operarse de forma independiente y potencialmente reducir los accidentes relacionados con el agua.
Todavía hay trabajo por hacer antes de que estos barcos lleguen a las vías fluviales: el equipo reconoce que las discrepancias masivas entre las personas y los productos transportados deben ser contabilizadas.
La transferencia de los diseños 3D a una situación del mundo real requerirá pruebas exhaustivas, particularmente posicionamiento y orientación.
Las pruebas ya se están llevando a cabo en pequeña escala, sin embargo, el desafío ahora es ver si el algoritmo que controla estos barcos 3D seguirá funcionando con precisión a medida que aumente su tamaño.
Fuente: Engadget