El ingeniero electrónico Santiago Barrionuevo, egresado de la Facultad de Ingeniería de la UNLP (Argentina), diseñó un innovador dispositivo que sirve para la detección de compuestos orgánicos volátiles presentes en el ambiente.
Lo novedoso del desarrollo es que combina técnicas de nanotecnología con micro-electrónica.
El sensor está construido con nanopartículas metálicas.
El equipo es de gran utilidad en un amplio campo de aplicación, como la detección de vapores en procesos industriales donde se emplean sustancias peligrosas, hasta la detección de acetona en pacientes que padecen diabetes.
El desarrollo recibió dos premios.
A nivel nacional, fue distinguido en el rubro “Innovación en la Universidad”, en el concurso “Innovar 2017”, organizado por Ministerio de Ciencia y Tecnologia de la Nación.
En dicha ocasión, fueron galardonados productos y procesos que se destacan por su alto grado de novedad, desarrollo, impacto social y viabilidad comercial.
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“Es un dispositivo miniaturizado, de 9 cm x 5 cm. Este primer prototipo tiene escalas macroscópicas, pero podemos reducir su tamaño cada vez más para tratar de llegar a escalas microscópicas, como es el caso de un microchip”, describió el investigador, quien realizó este desarrollo como trabajo final de su tesis de doctorado.
La nanotecnología es un conjunto de técnicas, conocimientos y herramientas que trabajan en nanoescala.
La nanoescala equivale a una mil millonésima parte de un metro.
El Dr. Francisco Ibáñez, director del proyecto, aportó que “como ejemplo más tangible se la asocia con la relación de diámetros de una nuez (nanoescala) al diámetro del planeta Tierra”.
Y añadió que: “Las narices electrónicas tratan de emular el olfato de los perros y los seres humanos, pero empleando sistemas electrónicos portátiles, pequeños, y que puedan monitorearse en forma remota”.
Fuente: Noticias de la Ciencia