A lo largo de millones de años, desde que los ancestros humanos y chimpancés dividieron sus caminos, nuestros cerebros prácticamente han triplicado su tamaño, mientras que el suyo apenas se ha modificado.
¿Cómo llegó el Homo sapiens a lograr ese volumen cerebral extraordinario?
Un equipo de investigadores ha desarrollado un modelo que muestra que nuestra materia gris evolucionó constantemente a lo largo del tiempo (más de 3 millones de años), de lo que se deduce que es poco probable que nuestra inteligencia haya sido seleccionada por un comportamiento en particular.
“Los primeros homínidos tenían un tamaño de cerebro similar a los chimpancés, y han aumentado dramáticamente desde entonces.
Por lo tanto, es importante entender cómo llegamos aquí”, comenta Andrew Du, paleobiólogo de la Universidad de Chicago y coautor del trabajo.
Varias hipótesis se basan en cambios en la dieta, un mejor flujo sanguíneo o cambios metabólicos para impulsar neuronas adicionales.
“La sabiduría convencional se basa en que nuestros grandes cerebros habían evolucionado debido a una serie de incrementos escalonados que cada uno hacía que nuestros antepasados fueran más inteligentes”, dice Bernard Wood de la Universidad George Washington, autor principal del estudio.
“No es sorprendente que la realidad sea más compleja, sin un vínculo claro entre el tamaño del cerebro y el comportamiento”.
El nuevo estudio, que ha examinado casi 100 fósiles (94 en concreto) de 13 especies humanas diferentes que datan de cuando Australopithecus afarensis, cuyo miembro más famoso “Lucy” fue desenterrado en Etiopía, vagaba por la Tierra, descubriendo que el tamaño del cerebro se triplicó en el transcurso de los últimos tres millones de años, en un proceso que probablemente fue lento y consistente, en oposición a una serie de ‘aumentos escalonados’.
Los investigadores afirman que el crecimiento del cerebro humano se produjo gradualmente durante más de 3 millones de años.
Los expertos dicen que el cambio desde nuestro árbol genealógico ancestral fue impulsado por el aumento de la complejidad, ya que los humanos desarrollaron la cultura, el lenguaje y la capacidad de hacer herramientas. Un largo y duro entrenamiento.
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Los investigadores lo comparan con el entrenamiento en rubgy: “Lo mismo ocurre con los cerebros: descubrimos que las especies existentes desarrollaron cerebros más grandes, aparecieron especies de cerebro más grande y las de cerebro más pequeño se extinguieron”, aclara Du.
Lejos de ser estudiados como una línea de descendencia que va desde el Australopithecus de 3,2 millones de años hasta nuestro primo cercano Homo erectus, que vivió hace medio millón de años, los especímenes se dividieron en sus linajes familiares.
Esto permitió a los investigadores comparar los cambios en cada rama, así como a través de diferentes ramas.
Lo que vieron fue que la evolución dentro de cada grupo impulsó gradualmente el tamaño del cerebro.
A medida que las especies de homínidos evolucionaban (cerebros más grandes), las poblaciones de cerebros más limitados eran reemplazadas lentamente por cerebros de mayor tamaño.
Mientras tanto, los volúmenes cerebrales dentro de cada especie se expandieron continuamente con las generaciones siguientes.
El estudio no llega a especular sobre qué fuerzas impulsaron el cambio gradual en el volumen cerebral pero ayuda a limitar las hipótesis a aquellas que son compatibles con un aumento lento y constante en lugar de pasos repentinos y rápidos.
El tamaño del cerebro tampoco es el principio y el fin del funcionamiento cognitivo.
Si bien tener más neuronas podría ofrecer más oportunidades para desarrollar habilidades adicionales, las conexiones entre ellas son vitales para determinar la funcionalidad del cerebro.
Fuente: Muy Interesante