La investigación de un equipo de científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison y la Universidad de Maryland (EE.UU.) busca identificar si la música provoca un efecto calmante o terapéutico en los gatos. Para ello desarrollaron una serie de melodías centradas en estos felinos.
“La música amansa a las fieras”. Esta expresión tan popular tiene su origen en la leyenda de Orfeo, poeta y músico griego que poseía un canto y una forma de tocar la lira que aplacaba a las fieras más salvajes y que, con el paso del tiempo se ha utilizado para referirse a la capacidad tranquilizadora de la música para comportamientos agresivos o nerviosos.
Desarrollaron un marco teórico que plantea la hipótesis de que para que la música sea efectiva con otras especies, debe estar en la gama de frecuencias y con tempos similares a los utilizados en la comunicación natural de cada especie.
Los investigadores recurrieron al músico David Teie para componer canciones que se adapten a esos parámetros, lo que resultó en las pistas: Cozmo’s Air, Spook’s Ditty y Rusty’s Ballad. Las canciones para humanos utilizadas fueron Elegie de Gabriel Fauré y Air on a G String de Bach.
“Nos fijamos en las vocalizaciones naturales de los gatos y se correspondían con nuestra música en la misma gama de frecuencias, que es alrededor de una octava más alta que las voces humanas”, explica Charles Snowdon, líder del estudio que ha recogido la revista Applied Animal Behavioural Science.
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En el experimento, probaron primero las melodías humanas y posteriormente las canciones diseñadas para mininos con 47 gatos domésticos, descubriendo que, ante las melodías humanas los gatos no reaccionaban en absoluto; sin embargo, ante la “música para gatos”, se entusiasmaron y comenzaron a acercarse a los altavoces desde los que procedía la música, frotando su nariz contra el altavoz.
Los investigadores creen que el resultado de este experimento podría ofrecer nuevas formas de relajar a nuestras mascotas, sobre todo en lugares donde se acumulan un gran número de ellos, como pueden ser los refugios de animales o las clínicas veterinarias.
“Los resultados sugieren maneras nuevas y más apropiadas para el uso de la música como el enriquecimiento auditivo de los animales no humanos”, aclaran los autores.
Fuente: Muy Interesante