Ahí arriba, a una distancia de más de 50 millones de kilómetros, hay un descapotable rojo tripulado por un maniquí en mitad del espacio.
El maniquí, conocido como «Starman» y enfundado en un traje de astronauta, es el único tripulante de la excéntrica misión lanzada por SpaceX en 2018 con la finalidad de probar el funcionamiento de su cohete superpesado reutilizable, el Falcon Heavy.
«Starman, al que la última vez que se le vio fue abandonando la Tierra, hizo su máxima aproximación a Marte hoy, a unas 0,05 unidades astronómicas (unos ocho millones de kilómetros)», anunció SpaceX en Twitter.
Starman no quiso hacer ninguna declaración al respecto.
A pesar de estar congelado en mitad de la nada, el automóvil se ha convertido probablemente en el vehículo que más kilómetros ha hecho (y hará) de la historia, tras dejar atrás alrededor de 2.100 millones de kilómetros.
Son suficientes como para recorrer todas las carreteras del planeta no una sino 57 veces, según la web « whereisroadster.com», que sigue al intrépido viajero.
Starman y su descapotable están en una órbita elíptica que les permite completar una vuelta alrededor del sol cada 557 días.
Y así estará al menos unas cuantas decenas de millones de años, hasta que los caprichos de la gravedad le acerquen demasiado a las atmósferas de Venus o de la Tierra, convirtiendo al vehículo en una gigantesca estrella fugaz.
Los cálculos indican que la probabilidad de que esto pase en el próximo millón de años es del 2,5 %, en el caso de Venus, y del 6%, en el caso de la Tierra.
Es difícil, pero no imposible, y, desde luego, mucho más verosímil que a Starman le toque el gordo de la Lotería de Navidad.
El deportivo espacial no es un gran aporte para la ciencia, pero sí un potente reclamo publicitario y un testimonio material de la misión que en 2018 le permitió a SpaceX lanzar el cohete más potente desde el Saturno V, el mulo de carga del programa Apollo.
Pero lo más importante es que, a diferencia de aquel, el lanzador de SpaceX es parcialmente reutilizable, lo que quiere decir que es mucho más barato lanzar cargas al espacio con él.
El lanzamiento de 2018, considerado como de alto riesgo, fue un éxito, y Starman no saltó por los aires, en pedazos, sino que voló hacia las estrellas de una pieza, mientras en los altavoces de su auto sonaba la canción «Space Oddity».
Mientras tanto, varias cámaras nos premiaban con imágenes tan surrealistas, que muchos terraplanistas insistieron que todo era un decorado.
Desde 2018, la compañía ha hecho decenas de lanzamientos con su cohete más pequeño, el Falcon 9, y dos con el Falcon Heavy.
Además, trabaja en un cohete mayor, el Starship, para ir a la Luna y a Marte.
Este mismo año, la empresa logró enviar a dos astronautas a la Estación Espacial Internacional y traerlos de vuelta a la Tierra a bordo de un cohete reutilizable, y tripulando una nueva cápsula tripulable.
Cuando Starman vuelva a la Tierra probablemente no la reconozca.
Fuente: ABC