Ingenieros han desarrollado el estimulador cerebral implantable más pequeño demostrado en un paciente humano.
El equipo de investigación y desarrollo incluye, entre otros, a Joshua E. Woods y Jacob Robinson, ambos de la Universidad Rice en Houston, Texas, Estados Unidos. T
ambién han colaborado la empresa Motif Neurotech y los doctores Sameer Sheth y Sunil Sheth.
Gracias a una tecnología pionera de transferencia inalámbrica de energía mediante un método magnetoeléctrico, el dispositivo, del tamaño de un guisante, puede abastecerse de energía sin necesidad de cables del exterior ni de baterías internas.
Recibe su energía de forma totalmente inalámbrica mediante un transmisor externo y puede utilizarse para estimular el cerebro a través de la membrana protectora de la parte inferior del cráneo.
El dispositivo, denominado DOT (Digitally programmable Over-brain Therapeutic), podría revolucionar el tratamiento de la depresión resistente a fármacos así como el tratamiento de otros trastornos psiquiátricos o neurológicos, al proporcionar una alternativa terapéutica que ofrece mayor autonomía y accesibilidad al paciente que las terapias actuales de neuroestimulación y es menos invasiva que otras interfaces cerebro-computador.
Entre otras cosas, el equipo ha comprobado que el nuevo dispositivo puede activar la corteza motora, lo que hace que el paciente mueva la mano.
Implantado sobre otras partes del cerebro, como la corteza prefrontal, debería mejorar notablemente el estado anímico de personas con depresión u otros trastornos.
Los dispositivos implantables existentes para la estimulación cerebral funcionan con baterías relativamente grandes que deben colocarse bajo la piel en cualquier parte del cuerpo y conectarse al dispositivo estimulador mediante largos cables.
Estas limitaciones de diseño requieren más intervenciones quirúrgicas y someten al individuo a una mayor carga de implantación de hardware, riesgos de rotura o fallo de los cables y la necesidad de futuras cirugías de sustitución de las baterías.
Ese nivel de riesgo no se dará en las personas a las que se les implante el nuevo dispositivo, ya que la necesidad de una batería que alimente el dispositivo queda descartada gracias a ese suministro inalámbrico mediante un transmisor externo.
La nueva tecnología se basa en un material que convierte los campos magnéticos en impulsos eléctricos.
Este proceso de conversión es muy eficiente a pequeña escala y tiene una buena tolerancia a la desalineación, lo que significa que no requiere maniobras complejas y de gran precisión para activarlo y controlarlo.
El dispositivo mide unos 9 milímetros y puede suministrar 14,5 voltios de estimulación.
Fuente: Science Advances