Para la fabricación de un neumático de auto se requieren 27 litros de petróleo crudo.
La tecnología implicada en el desarrollo de nuestros neumáticos ha avanzado en unos cuantos aspectos, pero no en uno fundamental: siguen dependiendo de ese petróleo que hace que toda esta industria genere un gran impacto sobre el medioambiente.
En Michelin lo saben muy bien, y precisamente están trabajando para que nos olvidemos del neumático tradicional.
Su nuevo proyecto, llamado “Vision”, es un neumático sin aire impreso en 3D a partir de materiales biodegradables.
Estas ruedas de Michelin contarían entre otras cosas con sensores RFID que recolectarían datos sobre su estado y comportamiento, pero además tendrían una capacidad interesante: la de adaptarse a distintos ámbitos y tipos de destino.
The method used is dependent on the age of the victim; treatment for potency consequently varies with ages of the victims. generic cialis australia This article http://valsonindia.com/viagra-8951.html viagra fast delivery will discuss some of the known treatment for kids with autism. This may lead to depression, anxiety, and various other psychological disorders. viagra no prescription usa works no matter what has caused the problem. As a result the blood vessels dilate causing increased pfizer viagra samples valsonindia.com blood flow into the penis causing an erection. ¿Que se va a esquiar? No hay problema, porque reimprimir las ruedas en 3D preparadas para no tener que poner cadenas sería posible con esa tecnología.
Este fabricante quiere sustituir el tradicional binomio de llanta y neumático con una rueda sin aire, un concepto cada vez más popular, una que además estaría impresa en 3D a partir de materiales como gomas naturales, bambú, papel, latas, madera, residuos electrónicos y plásticos, ropa o incluso cáscaras de naranjas.
En Michelin, eso sí, son cautos: aún no disponen de la tecnología que permitirá usar todos esos materiales biodegradables en esa teórica impresora 3D, pero están trabajando con distintos partners y prevén que podrán iniciar la producción de estos neumáticos en 2023.
Para entonces, eso sí, tendrán que haber resuelto otro (gran) problema: que estos neumáticos no acaben biodegradándose mientras están en uso.
Quizás ese sea el pilar fundamental de la rentabilidad de ese nuevo neumático: acabaremos teniendo que cambiarlo para que lo “reimpriman” tras cierto tiempo, pero al menos estaremos olvidándonos de los residuos provocados por los neumáticos de segunda mano.
Fuente: Xataca