Una nueva investigación sugiere la existencia de un “universo espejo” de partículas que interactúa con nuestro universo solo a través de la gravedad y que podría ser la clave para resolver un importante rompecabezas de la cosmología actual: el misterio de la constante de Hubble.
La constante de Hubble es la tasa de expansión del universo actual.
Las predicciones de este ritmo (hechas a partir del modelo estándar de la cosmología) arrojan valores significativamente menores que el indicado por las mediciones más precisas en nuestro cosmos local.
Esta discrepancia es la que muchos cosmólogos han tratado de resolver cambiando e modelo cosmológico actual.
El reto es hacerlo sin arruinar la concordancia entre las predicciones del modelo estándar y muchos otros fenómenos cosmológicos, como el fondo cósmico de microondas.
Encontrar un escenario cosmológico que encaje con todo es el reto que han afrontado Francis-Yan Cyr-Racine, de la Universidad de Nuevo México, así como Fei Ge y Lloyd Knox, de la Universidad de California en Davis, ambas instituciones de Estados Unidos.
La cosmología es el estudio científico de las propiedades a gran escala del universo en su conjunto.
Los cosmólogos estudian conceptos como la materia oscura y la energía oscura y si hay un universo o muchos.
La cosmología abarca toda la historia del universo, desde el nacimiento hasta la muerte, con enigmas a cada paso.
Ahora, los citados tres científicos han descubierto una propiedad matemática de los modelos cosmológicos que hasta ahora había pasado desapercibida y que, en principio, podría permitir un ritmo de expansión más rápido sin cambiar apenas las demás predicciones del modelo cosmológico estándar, muchas de las cuales ya han sido verificadas con gran precisión.
A grandes rasgos, muchas de las observaciones que se hacen en cosmología tienen una simetría inherente dependiendo de la escala cuando se considera al universo como un todo.
Si esta simetría realmente tiene efectos en nuestro universo, entonces ello conduce a una conclusión tan extraña como fascinante: que existe un universo espejo muy similar al nuestro pero invisible para nosotros salvo por la influencia gravitatoria en nuestro universo.
Ese universo espejo sería un universo paralelo con partículas que son todas “copias” de las partículas conocidas.
La idea del universo espejo surgió por primera vez en la década de 1990, pero hasta ahora no se había reconocido como una posible solución al enigma de la constante de Hubble.
La publicación del estudio coincide con la culminación de casi 30 años de trabajo relacionado con la constante de Hubble y realizado por el telescopio espacial Hubble de la NASA y la ESA (Agencia Espacial Europea).
El Hubble ha llegado a calibrar más de 40 “mojones” o “hitos kilométricos” del espacio y el tiempo para ayudar a la comunidad científica a medir con precisión el ritmo de expansión del universo.
La búsqueda del ritmo de expansión del universo comenzó en la década de 1920 con las mediciones de los astrónomos Edwin P. Hubble (de quien el telescopio espacial Hubble toma su nombre) y Georges Lemaître.
En 1998, esto condujo al descubrimiento de la “energía oscura”, una misteriosa fuerza repulsiva que acelera la expansión del universo.
En los últimos años, gracias a los datos del Hubble y otros telescopios, los astrónomos encontraron la citada discrepancia entre la tasa de expansión medida en nuestra región del universo y las observaciones independientes realizadas de zonas del universo tan lejanas que se perciben tal como eran no mucho después del Big Bang, la “explosión” colosal con la que nació el universo.
Esas observaciones de zonas muy lejanas indican un valor de expansión diferente.
Fuente: Physical Review Letters