Científicos han diseñado un dispositivo robótico blando con inteligencia artificial que se implanta dentro de una persona, suministra medicación siguiendo la pauta idónea y cambia de forma para lidiar con la formación de tejido cicatricial.
Este avance, sin duda prometedor para la medicina pero que también despertará polémicas en algunos sectores de la sociedad, es obra de un equipo integrado, entre otros, por Rachel Beatty y Garry Duffy, de la Universidad de Galway en Irlanda, así como Ellen Roche, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos.
El dispositivo inteligente implantable, por ahora solo en fase de prototipo de pruebas, puede administrar poco a poco un fármaco, al tiempo que vigila su entorno.
Esto último le permite detectar cuándo empieza a ser rechazado por el cuerpo.
Entonces, el dispositivo se vale de la inteligencia artificial para cambiar su forma y así evitar la acumulación de tejido cicatricial y poder seguir liberando el fármaco con la dosificación adecuada.
Para combatir la formación de tejido cicatricial, el implante robótico se vale de una técnica conocida como mecanoterapia.
Los implantes robóticos blandos pueden realizar mecanoterapia ejecutando movimientos regulares dentro del cuerpo, como por ejemplo inflarse y desinflarse.
Estos movimientos, repetitivos o variados, y ejecutados en los momentos precisos, ayudan a evitar la formación de tejido cicatricial.
Los nuevos tipos de dispositivos médicos implantables ofrecen la promesa de realizar intervenciones terapéuticas avanzadas en la atención sanitaria, como la liberación paulatina de insulina para tratar automáticamente la diabetes, pero uno de los principales problemas que han frenado el uso generalizado de estos dispositivos es la reacción negativa del cuerpo del paciente ante un cuerpo extraño.
La tecnología desarrollada por Beatty y sus colegas es un paso importante hacia el uso cotidiano, y sin los problemas mencionados, de dispositivos implantables capaces de permanecer dentro del cuerpo del paciente durante periodos muy largos, proporcionando una acción terapéutica constante y duradera.
Fuente: Science