Hoy en día, los hologramas están por todas partes, desde permisos de conducir hasta tarjetas de crédito e incluso en los envases de algunos productos.
Y ahora, los hologramas comestibles pueden que pronto sean también una realidad cotidiana.
Un equipo internacional que incluye a Bader AlQattan y Joelle Doocey, de la Universidad de Birmingham en el Reino Unido, y Haider Butt, de la Universidad Khalifa de Ciencia y Tecnología en Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos, ha desarrollado un método basado en el láser para imprimir hologramas nanoestructurados en películas de jarabe de maíz seco.
Los hologramas comestibles podrían utilizarse también para garantizar la seguridad de los alimentos, etiquetar un producto o indicar el contenido de azúcar.
La mayoría de los hologramas se imprimen con láser en superficies metálicas, como el aluminio, pero esos materiales obviamente no son comestibles.
Para los alimentos, se han propuesto hologramas hechos con nanopartículas, pero las diminutas partículas pueden generar especies reactivas de oxígeno, que podrían resultar perjudiciales para las personas que las coman.
En un enfoque diferente, algunos científicos han moldeado hologramas comestibles en el chocolate, pero el proceso solo funciona para ciertos tipos de chocolate, y se necesita un molde diferente para cada diseño de holograma.
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Para desarrollar su método, los investigadores elaboraron una solución de jarabe de maíz (también llamado “miel de maíz”), vainilla y agua y la secaron hasta formar una fina película sólida.
Entonces recubrieron la película con una fina capa de colorante negro no tóxico.
A continuación, utilizaron una técnica láser para actuar sobre la mayor parte del tinte, dejando solo líneas de tamaño nanométrico en relieve que conformaban una red de difracción.
Al recibir luz, la nanoestructura la difracta en un patrón de arco iris, con diferentes colores que aparecen en diferentes ángulos de visión.
El equipo pudo controlar la intensidad y la gama de colores variando el espacio entre las líneas de la red o el contenido de azúcar de la película de jarabe de maíz.
Sin embargo, antes de que los hologramas comestibles estén listos para llegar a las tiendas, los investigadores planean adaptar el método a un tinte alimentario que pueda sustituir al tinte negro sintético utilizado en estos experimentos iniciales.
Fuente: Noticias de la Ciencia
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