Se ha conseguido crear un sistema pionero de inteligencia artificial que es capaz de pilotar aeronaves sin tripulación en espacios aéreos con un tráfico denso.
El logro es obra de investigadores de la Universidad Carnegie Mellon (CMU) en Estados Unidos.
Este sistema de inteligencia artificial puede evitar colisiones de forma segura, predecir lo que están a punto de hacer otras aeronaves, rastrear aeronaves, coordinarse con las acciones de otras aeronaves, y comunicarse por radio con pilotos y controladores aéreos.
La meta final de los investigadores es perfeccionar su sistema de modo que su conducta resulte indistinguible de la de un piloto humano.
“Creemos factible que finalmente el sistema pase con éxito el Test de Turing“, pronostica al respecto Jean Oh, del Instituto de Robótica de la CMU.
El Test de Turing es una prueba, propuesta por el pionero de la computación Alan Turing en 1950, que exige que el comportamiento de un robot, programa u otro sistema artificial sea tan parecido al de un ser humano que un observador humano sea incapaz de diferenciar entre la entidad y un humano.
Para interactuar con otras aeronaves como lo haría un piloto humano, el sistema de inteligencia artificial utiliza tanto la visión como el lenguaje natural para comunicarse con otras aeronaves, pilotadas o no.
Este comportamiento conduce a una navegación segura y compatible con el marco social del personal humano.
Los investigadores lograron esta coordinación implícita entrenando al sistema de inteligencia artificial con datos recogidos en dos aeropuertos.
Estos datos incluían patrones de tráfico aéreo, imágenes de aviones y transmisiones de radio.
El sistema de inteligencia artificial utiliza seis cámaras para detectar aeronaves cercanas de forma similar a como lo haría un piloto humano con sus ojos y moviendo la cabeza.
Su función de reconocimiento automático del habla utiliza técnicas de procesamiento del lenguaje natural tanto para entender los mensajes de radio entrantes como para comunicar cosas a los pilotos y a los controladores aéreos mediante el habla.
El avance de las aeronaves autónomas ampliará la actividad de drones, taxis aéreos, helicópteros y otras aeronaves, en tareas como trasladar personas y mercancías, inspeccionar infraestructuras, vigilar y cuidar campos agrícolas y realizar tareas de centinela para combatir la caza furtiva de animales y la tala ilegal de árboles, labores todas ellas en las cuales a menudo no habrá un piloto humano a los mandos.
Todas estas aeronaves tendrán que volar, sin embargo, en un espacio aéreo ya abarrotado de pequeños aviones, helicópteros y una cantidad creciente de drones y otras aeronaves.
Fuente: CMU