Unos electrodos recién desarrollados transmiten señales más fuertes y nítidas con las que restaurar el movimiento corporal ausente en personas con médulas espinales dañadas.
Cuando las personas sufren lesiones de médula espinal y pierden la movilidad en sus extremidades, estamos ante un problema de procesamiento de señales neurales.
El cerebro aún puede enviar impulsos eléctricos nítidos y las extremidades todavía pueden recibirlos, pero las señales se pierden al llegar a la médula espinal dañada.
El Centro para la Ingeniería Neural Sensoriomotora, una colaboración entre la Universidad Estatal de San Diego (SDSU), la Universidad de Washington y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), está trabajando en un chip cerebral implantable que pueda captar señales eléctricas neurales y transmitirlas hasta receptores en las extremidades, sorteando las vías dañadas y restaurando el movimiento.
Recientemente, estos investigadores han logrado una mejora esencial en la tecnología que podría hacerla más resistente, duradera en el cuerpo, y capaz de transmitir señales más fuertes y claras.
Esta interfaz cerebro-computador registra y transmite señales a través de diminutos dispositivos que ejercen la función de electrodos.
Registrando las señales cerebrales en el momento en que una persona pretende realizar algún movimiento, la interfaz detecta el patrón relevante de la señal eléctrica y puede transmitirlo a los nervios de las extremidades, o incluso a una prótesis, recuperando así la persona su movilidad y su capacidad motora.
El mejor material convencional usado hoy en día para los electrodos en interfaces de este tipo es el platino, dispuesto en forma de película delgada.
El problema es que, con el paso del tiempo, estos electrodos pueden fracturarse, desprendiéndose pedacitos de ellos.
Teniendo en mente este problema, el equipo de Sam Kassegne, de la SDSU, desarrolló electrodos hechos de carbono vítreo, una forma de carbono.
Este material es unas 10 veces más fino que el platino granular de película delgada, lo que significa que un electrodo de esta nueva clase se corroe menos fácilmente bajo estimulación eléctrica y dura mucho más que los electrodos de platino u otros metales.
Fuente: Noticias de la Ciencia