Sonarse los nudillos ha estado asociado a la artritis durante años, pero no existe ni un solo estudio que respalde dicha asociación. De hecho, un nuevo trabajo proveniente de la Universidad de Alberta estaría confirmando una de las tantas teorías sobre el origen del ruido, e indicaría que en realidad, sonarse los nudillos puede ser algo bueno para nosotros.
El ruido de los nudillos generó durante décadas un amplio debate entre médicos e investigadores.
La candidata número uno es la cavitación. Ante la leve separación de la articulación, la cápsula sinovial que la envuelve aumenta su volumen.
Esto causa un entorno de baja presión, y provoca que los gases en el líquido sinovial (dióxido de carbono, nitrógeno y oxígeno) se separen del fluido, formando una burbuja.
El origen del ruido es la formación de la cavidad y la burbuja, no su colapso.
Los gases necesitan entre 10 y 30 minutos para ser reabsorbidos por el líquido sinovial, y por ese motivo es que sonarse los nudillos no es algo que se pueda hacer constantemente (hay excepciones, claro).
Un reciente estudio proveniente de la Universidad de Alberta logra inclinar la balanza en favor de la cavitación al registrar bajo imágenes de resonancia magnética qué sucede cuando una persona se suena los nudillos, todo en un intervalo de 300 milisegundos.
Pero lo más interesante es que el proceso podría ser benéfico, ya que ayudaría a mantener lubricada la articulación, que es lo que todos queremos.
Ahora, la mayoría de las fuentes coinciden en un punto: Si el crujido está acompañado de dolor y sucede durante el movimiento normal de la articulación puede haber un problema, por lo que conviene consultar al médico.
Fuente: Neoteo