Se avecinan cambios para la producción de videos.
Ahora que la inteligencia artificial permite crear ‘deep fakes’ que alteran rostros, expresiones o diálogos a partir de un video base, la creación de obras en este formato pasará a democratizarse y estar disponible para cada vez más creadores.
Veamos un pequeño ejemplo de a qué nos referimos: a comienzos de abril, la campaña solidaria ‘Malaria Must Die’ lanzaba en el Reino Unido un video de concientización protagonizado por David Beckham.
Lo más sorprendente del mismo es que el ex-futbolista de Real Madrid va desgranando datos sobre los efectos de la malaria mientras salta sobre la marcha de un idioma a otro, hasta sumar un total de 9 (inglés, español, francés, mandarín, hindi, árabe, swahili, yoruba y kinyarwanda).
Aunque la diferencia de voces delata que Beckham no se ha convertido en políglota, el efecto es sorprendentemente natural: se trata de un video deepfake, en el que se ha utilizado la inteligencia artificial para alterar el movimiento de los labios del protagonista con el fin de que se adapte a los sonidos pronunciados por sus dobladores, siguiendo la misma técnica que ya ensayó en su momento la BBC con uno de sus presentadores.
La campaña, que ha cosechado ya más de 400.000 impresiones a nivel global, es el resultado de una colaboración entre la consultora RG/A, la productora de cine y publicidad Ridley Scott Associates (propiedad del director homónimo) y la startup de tecnología de video Synthesia (los responsables del aspecto técnico del citado video de la BBC).
Victor Riparbelli Rasmussen, co-fundador de esta última compañía, explica que de igual modo la imagen artificial (o parcialmente artificial) ya es el estándar de la industria gracias a aplicaciones como Adobe Photoshop, ellos trabajan para lograr lo mismo en el ámbito del video.
Y es que la producción de video es, hoy por hoy, bastante poco escalable: requiere de muchos recursos en forma de actores, cámaras, estudios de grabación, etc.
Y a eso se le suma la dificultad para editarlo o traducirlo de forma rápida y asequible.
Por eso Synthesia ha visto un nicho de mercado en la posibilidad de facilitar la edición de videos ya grabados para crear derivados a través de la traducción y/o la personalización.
Rasmussen cuenta que, gracias a su tecnología tanto los creativos de una compañía del Fortune 1000 como el responsable de marketing de una PYME pueden tener listo un video personalizado en tan sólo 48 horas.
Esta startup británica ha logrado recaudar recientemente 3,1 millones de dólares gracias a inversores como Mark Cuban, Martin Varsavsky’s VAS Ventures, Seedcamp o LDV Capital.
Precisamente un fundador de esta última, Evan Nisselson, resume en pocas palabras la razón de esta apuesta:
“Synthesia está aprovechando la visión por computador y la inteligencia artificial para revolucionar la producción de video”.
Además, Synthesia fue fundada por un equipo de investigadores y empresarios entre los que destaca el profesor Matthias Niessner, es también conocido por ser uno de los responsables de dos famosos vídeos que reflejan el potencial de la inteligencia artificial para la generación de nuevos contenidos:
Fuente: Xataca