Para mucha gente, la idea de vida inteligente en otros planetas es cautivadora. Quizá en algún otro sistema solar, cercano al nuestro o muy lejano, haya una civilización avanzada como la nuestra reflexionando sobre la misma cuestión.
Al hilo de esto, cabe plantearse que una señal artificial de luz podría recorrer buena parte del universo, aumentándose así las posibilidades de ser detectada por alguna civilización avanzada.
La señal podría ser enviada por alienígenas. O también por la humanidad, puesto que ya existe la tecnología capaz de permitirlo, según argumenta Philip Lubin, profesor de física en la Universidad de California en Santa Bárbara, Estados Unidos.
Según Lubin, quien lidera el Grupo de Cosmología Experimental de la citada universidad, si en nuestra galaxia existiera alguna civilización con un nivel similar al nuestro o más avanzado de tecnología de energía dirigida (esencialmente la capacidad de enviar emisiones electromagnéticas al cosmos), podríamos detectarla en cualquier parte de la Vía Láctea con un método de detección muy modesto.
Además, con la potencia necesaria, la detección podría ser intergaláctica.
Enviar luz de algún tipo al espacio es una acción que también podría hacer la humanidad o una civilización extraterrestre avanzada como forma de propulsar una sonda interestelar capaz de viajar a una velocidad lo bastante alta como para hacer posibles trayectos interestelares de tan solo décadas de duración.
Proyectar luz, en este caso láser, es el concepto en el que viene trabajando Lubin con miras al desarrollo de sondas espaciales capaces de alcanzar una fracción significativa de la velocidad de la luz.
Gracias a los avances en miniaturización de la electrónica, el conjunto de instrumentos de observación de una sonda espacial podría llegar a tener un peso ínfimo.
Este no aumentaría mucho más si liberásemos a la nave de motores y depósitos de combustible, colocándole en su lugar una ligerísima vela lumínica.
Bastaría entonces con emitir luz láser desde la Tierra, a modo de viento que incidiese justo contra la vela, aprovechando el hecho de que la luz es capaz de desplazar materia.
La NASA ha mostrado interés por este concepto de sondas interestelares minúsculas e impulsadas (y energizadas) por láser.
El mismo concepto es el subyacente en la iniciativa promovida por Yuri Milner, el proyecto Starshot, que permitiría enviar a Alfa Centauro una diminuta sonda espacial. Esta tardaría solo unos veinte años en hacer el trayecto, y podría enviar a la Tierra información sobre lo que observase allí.
Lubin es asesor científico para el proyecto Starshot, en el que se está usando su investigación para la NASA como hoja de ruta en su objetivo de enviar diminutas naves espaciales hacia sistemas solares cercanos.
Un planteamiento parecido al de Starshot pero sin enviar ningún objeto hecho de materia, resulta una idea atractiva.
Y aplicado a la Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI, por sus siglas en inglés), permitiría enviar señales hacia otros sistemas planetarios.
Lubin y sus colaboradores han propuesto recientemente una estrategia de búsqueda que permitiría observar una cantidad ingente de sistemas solares en poco tiempo, a fin de detectar la posible existencia en otros mundos de civilizaciones similares a la nuestra o más avanzadas en cuanto a esta capacidad tecnológica de emisión.
Fuente: Noticias de la Ciencia