El gran número de colillas que se desechan a diario en todo el mundo supone un serio problema medioambiental, pues una gran parte de los fumadores arroja sus colillas en el suelo.
Además, estos filtros acumulan sustancias tóxicas. “Es por ello que nos preguntamos ¿qué podemos hacer con estos filtros usados?”, se cuestiona Valentín Gómez Escobar, profesor de la Escuela Politécnica de la Universidad de Extremadura (España) y uno de los autores de un estudio publicado en Applied Acoustics.
Hasta ahora, algunos autores han propuesto diferentes usos para las colillas de los cigarrillos como su utilización como material en la fabricación de ladrillos o su uso como componente de insecticidas o inhibidores químicos.
Sin embargo, debido a su carácter poroso, desde el grupo de investigación se propuso la posibilidad de utilizarlo como aislante acústico.
Para evaluar el nivel de absorción acústica de las diferentes muestras, los científicos del Grupo de Investigación Laboratorio de Acústica (LAMBDA) realizaron mediciones utilizando un tubo de impedancia, a través del cual es posible obtener mediciones rápidas de parámetros de incidencia normales utilizando muestras pequeñas.
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Las conclusiones de los estudios han revelado que las muestras preparadas tienen un nivel de absorción bastante elevado, similar e incluso superior a la de muchos de los materiales que se utilizan en el sector de la construcción, lo que abre las puertas a que pudieran ser utilizadas como amortiguadores de sonido.
Podrían competir así con productos acústicos disponibles en la actualidad.
Esta nueva utilidad permite contribuir a reciclar este material de desecho y, por lo tanto, resolver dos problemas ambientales: ruido y contaminación ambiental.
Fuente: Noticias de la Ciencia