Lily Camera, es un dron que además de seguir al usuario automáticamente, tiene un diseño a prueba de líquidos, ideal para resistir múltiples entornos.
Si logramos dejar a un lado su adorable diseño, Lily Camera llama la atención por su facilidad de uso.
Obviamente existe una aplicación que nos permite modificar el estilo de vuelo, pero todo lo que debe hacer el usuario es arrojar al dron en el aire para que comience a volar.
Lily Camera puede colocarse a un mínimo de 1.75 metros del usuario, ya sea sobre la cabeza, a sus espaldas o de frente, mientras que la distancia máxima es de 30 metros.
En el caso de la altitud, Lily Camera alcanza unos nada despreciables 15 metros, obteniendo así las mejores tomas.
Sus especificaciones técnicas revelan un sensor de 12 megapixeles, grabación 1080p a 60 FPS o 720p a 120 FPS, estabilización de imagen, compatibilidad H.264, ranura microSD, y un amplio batallón de sensores.
El seguimiento del usuario se lleva a cabo con un pequeño módulo de rastreo que va en la muñeca, y la autonomía del dron es de 20 minutos (después necesita dos horas para recargar sus baterías).
Lily Camera posee resistencia a líquidos certificada IP67, mientras que el módulo logra algo similar con una carcasa dedicada.
Se espera esté disponible para febrero del año que viene.
En un futuro se incorporará un sistema de reconocimiento facial que utilizará para el rastreo de la persona, un concepto de aparato que comenzó a desarrollar una empresa británica en un drone especial llamado Zano.
Fuente: Neoteo