El fenómeno de “superlubricidad” ocurre cuando superficies simplemente se deslizan una sobre otra sin resistencia, sin fricción, fenómeno ahora analizado a escala nanométrica.
La fricción nos rodea por todas partes, actuando contra el movimiento de los neumáticos a lo largo del pavimento, el movimiento de una estilográfica sobre el papel, e incluso el flujo de proteínas en el torrente sanguíneo.
Cada vez que dos superficies entran en contacto, se produce fricción, excepto en casos muy especiales donde esta esencialmente desaparece, un fenómeno conocido como “superlubricidad”, en el que las superficies simplemente se deslizan una sobre otra sin resistencia.
Ahora el equipo del físico Vladan Vuletic, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, ha desarrollado una técnica experimental, basada en simulaciones digitales, para investigar la fricción a escala nanométrica.
Usando su técnica, los investigadores pueden observar átomos individuales en la interfase entre las superficies.
Cambiando la separación de los átomos en una superficie, observaron un punto en el que la fricción desaparece.
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La fricción no deseada siempre es un problema, pero en la escala nanométrica puede ocasionar una fuerza proporcionalmente mayor que en el mundo macroscópico, provocando por ejemplo desgaste y daños en diminutos motores de una manera mucho más rápida que lo que sucede a escalas más grandes.
La habilidad de ajustar la fricción hasta desterrarla en el caso de las nanomáquinas (diminutos robots construidos con componentes del tamaño de moléculas individuales) podría revolucionar este sector tecnológico.
A lo largo de la historia de la ciencia, pero sobre todo con el advenimiento de la nanotecnología, muchos esfuerzos se han dedicado a entender el mecanismo más íntimo de la fricción y a lograr controlarla por completo, porque es uno de los factores que limitan a las nanomáquinas.
Sin embargo, se ha producido un progreso relativamente escaso a la hora de controlar la fricción a cualquier escala.
Gracias a la investigación del equipo de Vuletic, Alexei Bylinskii y Dorian Gangloff, por vez primera se puede vislumbrar a escala atómica la transición desde la fricción a la superlubricidad.
Fuente: Noticias de la Ciencia