Un nuevo tipo de batería podría fabricarse parcialmente a partir del dióxido de carbono capturado de centrales eléctricas que lo emiten.
En vez de intentar convertir el dióxido de carbono en sustancias químicas especializadas usando catalizadores metálicos, lo cual actualmente es muy difícil, esta batería, hecha de litio, carbono y un electrolito diseñado por el equipo de investigación, podría convertir continuamente dióxido de carbono en un mineral sólido de carbonato a medida que se descargase.
Este avance tecnológico es obra del equipo de Betar Gallant, Aliza Khurram y Mingfu He, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos.
Aunque el nivel de desarrollo del nuevo tipo de batería no cuenta todavía con más respaldo que unas pocas investigaciones preliminares y por tanto está lejos de un despliegue comercial, los prototipos creados pueden ser el primer paso hacia la invención de nuevas técnicas de aprovechamiento práctico de reacciones electroquímicas de conversión del dióxido de carbono (CO2) para ayudar de manera importante a reducir la acumulación de ese gas de efecto invernadero en la atmósfera.
Actualmente, las centrales eléctricas equipadas con sistema de captura de carbono emplean por regla general hasta el 30 por ciento de la electricidad que generan para capturar el dióxido de carbono, liberarlo en el medio adecuado y almacenarlo.
Cualquier innovación que pueda reducir el costo de ese proceso, o que permita elaborar un producto final que tenga suficiente valor, podría cambiar notablemente la economía de tales sistemas.
De ahí la importancia de la nueva batería.
Fuente: Noticias de la Ciencia