Unos investigadores han efectuado un avance que podría ayudar a los computadores a imitar, con más eficiencia que la lograda hasta ahora, una parte del eficiente diseño del cerebro, una versión artificial de la sinapsis, el medio a través del cual se comunican las neuronas.
La sinapsis artificial funciona como una real, pero es un dispositivo electrónico orgánico al que se le puede ajustar del modo deseado.
Forma parte de una familia completamente nueva de dispositivos porque este tipo de arquitectura no se había visto con anterioridad.
En muchos aspectos, tiene también un rendimiento mejor que el de cualquier otro dispositivo fabricado anteriormente con materiales inorgánicos.
La nueva sinapsis artificial, creada por el equipo internacional de Alberto Salleo, profesor de la Universidad de Stanford en Estados Unidos, imita la forma en que las sinapsis en el cerebro aprenden a través de las señales que las atraviesan.
Ello trae implícito un ahorro de energía notable en comparación con la consumida por la computación tradicional, que exige procesar información separadamente y después almacenarla en una memoria.
Aquí, el propio procesamiento crea la memoria.
Esta sinapsis podría un día formar parte de un computador mucho más semejante al cerebro que cualquier otro ideado hasta la fecha.
Un computador así resultaría especialmente útil para labores de computación que trabajen mucho con señales visuales y auditivas.
Ejemplos de la necesidad de un computador optimizado para este tipo de procesamiento podemos verlos en el reto de los autos autoconducidos y de los sistemas de control por voz.
Los trabajos realizados hasta ahora en este campo han logrado a veces redes neurales de alto rendimiento, pero casi siempre ha sido con el apoyo de complejos algoritmos de inteligencia artificial, los cuales, además son solo burdas imitaciones del cerebro que dependen de sistemas informáticos tradicionales que consumen mucha energía.
Fuente: Noticias de la Ciencia