Un equipo de investigación ha logrado emitir el pulso de luz más rápido hasta la fecha, un destello de rayos X de 53 attosegundos de duración.
El grupo encabezado por Zenghu Chang, de la Universidad de Florida Central en Estados Unidos, ha superado su propio récord establecido en 2012: un pulso de luz en el ultravioleta extremo, con 67 attosegundos de duración, que fue el más rápido en su momento.
Un attosegundo es un periodo de tiempo inimaginablemente breve.
En 54 attosegundos la luz, pese a su enorme velocidad, viaja menos de una milésima parte del grosor de un cabello humano.
De la misma manera que las cámaras de alta velocidad son útiles por lograr mostrarnos cosas como el vuelo de una bala, los pulsos de luz con una duración de attosegundos permiten a los científicos capturar imágenes de los rapidísimos electrones en átomos y moléculas, con una claridad sin precedentes.
Los pulsos que ha demostrado ahora Chang no solo son más cortos en duración, sino también en longitud de onda.
La nueva luz alcanza una importante región espectral, la llamada “ventana del agua”, donde los átomos de carbono absorben fuertemente, pero el agua no.
Tales rayos X blandos con una duración de attosegundos podrían ser empleados para obtener videos en cámara lenta de electrones y átomos de moléculas biológicas en células vivas a fin de, por ejemplo, mejorar la eficiencia de los paneles solares al entender mejor cómo funciona la fotosíntesis, tal como argumenta Chang.
Los rayos X interactúan con los electrones de tal modo que pueden revelar cuáles se mueven en qué átomos, proporcionando otra forma de estudiar procesos rápidos en materiales con especificidad de elementos químicos.
Esa capacidad es muy valiosa para el desarrollo de la próxima generación de chips lógicos y de memoria para teléfonos móviles y computadores que sean mil veces más rápidos que los usados hoy en día.
Fuente: Noticias de la Ciencia