El grafeno tiene muchos puntos fuertes, pero hay una cosa que no es y es ser magnético. Ahora, un equipo de investigadores ha descubierto que la inserción de un poco de plomo en la estructura de grafeno puede cambiar eso.
El equipo de Nanociencia IMDEA de la Universidad Autónoma de Madrid, el Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (CSIC) y la Universidad del País Vasco ha demostrado que islas pequeñas de plomo insertadas debajo de hojas de grafeno, hacen que la estructura se vuelva altamente magnética.
El secreto consiste en intercalar átomos o islas de plomo debajo del mar de hexágonos de carbono que componen el grafeno.
Esto produce una enorme interacción entre dos características de los electrones: su spin, un pequeño ‘imán’ vinculado a su rotación, y su órbita, el movimiento que siguen alrededor del núcleo.
Para obtener este efecto, los científicos colocaron una capa de plomo sobre otra de grafeno, a su vez ubicada sobre un cristal de iridio.
En esta configuración, el plomo forma “islas” por debajo del grafeno y los electrones de este material de dos dimensiones se comportan como si estuviesen en presencia de un campo magnético colosal de 80 tesla, lo que facilita el control selectivo del flujo de espín.
El magnetismo se encuentra en el corazón de una gran cantidad de almacenamiento digital, y el grafeno podría proporcionar un material a prueba de bombas para hacer este tipo de dispositivos, o podría ser utilizado para crear sensores magnéticos robustos de tamaño nano.
Fuente: Gizmodo