En su búsqueda de soluciones con las que poder recuperar el movimiento de personas con lesiones en la médula espinal, los investigadores especializados en esta problemática se han centrado en llevar las señales cerebrales a los nervios y músculos desconectados del cerebro que ya no reciben de este los mensajes que les harían moverse.
Pero agarrar una taza, cepillarse el pelo o cocinar precisan de otra cosa que se ha perdido en las personas con amputación o parálisis grave: el sentido del tacto.
El cerebro necesita información emitida por ejemplo desde la punta de un dedo o desde un sensor externo para saber cuán firmemente está la persona sujetando algo, o cuánta presión se necesita para llevar a cabo otras tareas cotidianas.
Ahora, el equipo de Jeneva Cronin, de la Universidad de Washington en la ciudad estadounidense de Seattle, ha usado una estimulación directa de la superficie cerebral humana para proporcionar una respuesta sensorial básica a través de señales eléctricas artificiales, permitiendo a un paciente controlar el movimiento mientras lleva a cabo una tarea sencilla: abrir y cerrar su mano.
Es un primer paso hacia el desarrollo de interconexiones cerebro-computador bidireccionales y de circuito cerrado, que permitan comunicaciones de dos direcciones entre las partes, naturales o artificiales, del sistema nervioso.
Permitirían también al cerebro controlar directamente prótesis robóticas externas u otros dispositivos que puedan mejorar el movimiento (o incluso en algunos casos reanimar una extremidad natural paralizada), obteniendo a la vez una respuesta sensorial.
Fuente: Noticias de la Ciencia