Es un gran éxito para la microcirugía robótica y para la ciencia médica en general: unos cirujanos han llevado a cabo las primeras operaciones de microcirugía completamente asistidas por robots en seres humanos.
Estos doctores utilizaron un método de operar innovador en el que un nuevo tipo de robot quirúrgico, diseñado especialmente para microcirugía, está conectado en red con un microscopio robótico.
Este método libera al cirujano de la necesidad de estar junto al paciente.
El equipo que ha hecho realidad esta proeza tecnológica y médica lo lideran Maximilian Kückelhaus y Tobias Hirsch, del Centro de Medicina Musculoesquelética en la Universidad de Münster en Alemania.
El equipo lleva dos meses utilizando este método.
Hasta ahora, se han realizado con éxito cinco intervenciones de cirugía, a las que seguirán muchas más.
“Este nuevo método para las operaciones nos permite trabajar con un grado de delicadeza y precisión mucho mayor que el alcanzable con las técnicas quirúrgicas convencionales”, destaca Kückelhaus.
“Gracias a ello, se destruye menos tejido y los pacientes se recuperan más deprisa“.
Los especialistas utilizan el método, por ejemplo, en pacientes con cáncer de mama que necesitan reconstrucciones mamarias complejas, o después de accidentes en los que los pacientes necesitan trasplantes de tejidos.
Con la ayuda del robot quirúrgico y del microscopio robótico, los cirujanos pueden, por ejemplo, volver a unir las estructuras anatómicas más finas, como los vasos sanguíneos, los nervios o los vasos linfáticos, que a menudo tienen un diámetro de solo 0,3 milímetros.
Durante la operación, el robot quirúrgico, denominado Symani Surgical System, adopta los movimientos de las manos del cirujano.
El robot ejecuta dichos movimientos del cirujano, reducidos hasta 20 veces, a través de instrumentos diminutos y, de este modo, elimina por completo cualquier temblor presente en las manos humanas.
El microscopio robótico está conectado al robot quirúrgico, y este microscopio muestra la zona en la que se está operando a través de una especie de casco de realidad aumentada en 3D, con dos pantallas de alta resolución.
Este casco contiene unos prismáticos que son capaces de combinar las imágenes reales con la información virtual.
De este modo, los movimientos de la cabeza del cirujano pueden grabarse y transferirse al robot, haciendo posible incluso ángulos de visión complicados sobre la zona en la que se está operando.
Además, el cirujano que opera puede acceder a diversos menús y realizar tareas con el robot sin necesidad de utilizar las manos.
Fuente: CNBC