Un equipo de químicos de la Universidad de California, Riverside, mientras experimentaban con encadenar nanopartículas de oro, se dio cuenta de que el oro se mantenía cambiando de colores de un azul brillante a morado y a rojo. De hecho, mientras más lo tocaron, más cambió el color.
Los científicos manipularon con éxito estas nanopartículas de oro auto-ensambladas en una película de polímero que se puede aplicar como pintura.
Si toca la película causa que las cadenas de nanopartículas de oro se estiren, y el color del polímero cambie.
“Hemos desarrollado un sensor de presión de alta resolución que indica la presión mediante la variación de su color, un sensor que todos podemos usar con sólo nuestros ojos”, explica Yadong Yin quien dirigió la investigación.
“Cuando se enlazan las nanopartículas de oro originalmente aparecen en azul. Pero cambian gradualmente a color rojo con el aumento de presión, a medida que las nanopartículas empiezan a desensamblarse”.
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Las implicaciones van mucho más allá de la moda.
El equipo de Yin dice que la nueva tecnología podría ser útil en maniquíes de pruebas de choque, para que los expertos en seguridad puedan ver dónde ocurren los impactos.
Dado que las nanopartículas de oro responden a diferentes tipos de presión, esto les permitiría medir la severidad de los golpes.
Fuente: Gizmodo