Mucha gente en el mundo sufre asma. Solo en el Reino Unido, la cifra anual de personas que reciben tratamiento contra el asma es de casi 5 millones y medio y la cifra de quienes fallecen por culpa de esa enfermedad es de unas 1.200.
El asma hace que las paredes de las vías respiratorias se vuelvan más gruesas y que como consecuencia de ello se estreche el espacio interior destinado a la circulación del aire.
Esto provoca síntomas como sibilancias y dificultad para respirar.
Los tratamientos actuales, incluidos los basados en esteroides, proporcionan un alivio a corto plazo de estos síntomas, al relajar las vías respiratorias o reducir la inflamación, permitiendo respirar mejor a la persona.
Sin embargo, hasta ahora ningún fármaco había logrado revertir esos cambios estructurales que el asma produce en las vías respiratorias.
Científicos han ideado un tratamiento que podría revertir tales cambios estructurales nocivos.
En pruebas con ratones asmáticos, el equipo de la Dra. Jill Johnson, de la Universidad de Aston en el Reino Unido, consiguió que en dos semanas dejasen de tener síntomas de asma y que sus vías respiratorias recobrasen un estado casi normal.
Al actuar directamente sobre los cambios nocivos característicos del asma en las vías respiratorias y que generan los síntomas de la enfermedad, el nuevo tratamiento promete una solución más eficaz y más duradera para esta afección.
Y puede resultar providencial para los casos de asma graves que no responden a los esteroides.
Sin embargo, el nuevo tratamiento está todavía en una fase temprana de desarrollo y se necesita investigar más antes de poder empezar a probarlo en humanos.
La investigación se centró en un tipo de célula madre conocida como pericito, que se encuentra principalmente en el revestimiento de los vasos sanguíneos.
Cuando los asmáticos tienen una reacción alérgica e inflamatoria, por ejemplo ante la presencia de ácaros del polvo, esto hace que los pericitos se trasladen a las paredes de las vías respiratorias.
Una vez allí, los pericitos se convierten en células musculares y otras células que hacen que las paredes de las vías respiratorias se vuelvan más gruesas, menos flexibles y con menor espacio interno para la circulación del aire.
Este movimiento de los pericitos es provocado por una proteína conocida como CXCL12.
Los investigadores introdujeron en las fosas nasales de los ratones una sustancia llamada LIT-927 para bloquear la señal de la proteína CXCL12.
Los ratones asmáticos que fueron tratados con LIT-927 experimentaron una reducción de los síntomas en una semana y la práctica desaparición de estos en dos semanas.
Los investigadores también descubrieron que las paredes de las vías respiratorias de los ratones tratados con LIT-927 eran mucho más finas que las de los ratones no tratados y más parecidas a las de los ratones sanos.
Fuente: Respiratory Medicine