Los calamares y los pulpos son algunas de las criaturas más fascinantes de nuestros océanos, dotados de una capacidad única para cambiar de forma fluida el color y la transparencia de su piel.
Esto les da un aura casi de otro mundo, y para los científicos que intentan comprender los mecanismos detrás de su camuflaje activo, bien podrían serlo.
Esto se debe a que las células de piel de calamar no se pueden cultivar en un laboratorio, lo que las hace casi imposibles de estudiar.
Pero ahora, algunos intrépidos investigadores han ideado una solución inteligente: replicar la capacidad de camuflaje de los calamares en células humanas.
“Tuvimos esta loca idea de ver si podíamos capturar algún aspecto de la capacidad de los tejidos de la piel del calamar para cambiar la transparencia dentro de los cultivos de células humanas“, dijo Alon Gorodetsky.
La llamada “transparencia sintonizable” de los cefalópodos funciona a través de una combinación de coloración basada en pigmentos, que puede cambiar la cantidad de luz que se absorbe, y la coloración estructural, que afecta la forma en que la luz se dispersa a través de estructuras micro y nanoscópicas, explicó Gorodetsky.
Gorodetsky y su investigación se centraron en los leucóforos, células de la piel que facilitan la coloración estructural a través de proteínas llamadas reflectinas.
Estas reflectinas generalmente se agrupan, formando nanopartículas que pueden hacer rebotar la luz que parece blanca.
Al dejar pasar la luz con poca dispersión, la superficie puede parecer transparente. Con más dispersión, la piel se vuelve opaca.
El objetivo de los investigadores era controlar la reflectina en estas células para controlar la transparencia.
“Queríamos diseñar células de mamíferos para formar de forma estable, en lugar de temporalmente, nanoestructuras de reflectina para las que pudiéramos controlar mejor la dispersión de la luz“, dijo Gorodetsky.
Para probar esto, el equipo de Gorodetsky primero tuvo que introducir genes formadores de reflectina de calamares en células humanas, pero averiguar cómo hacer que las células humanas mejoradas produjeran la reflectina de manera estable requirió algunos retoques.
Eventualmente, encontraron su salvación en la sal.
Al agregar sal a los medios de los cultivos celulares, la reflectina en las células humanas comenzó a agruparse en nanopartículas más grandes.
Cuanto más añadían, más grandes eran los grumos de reflexión. Esto, en efecto, les permitió ajustar la transparencia controlando la cantidad de sal.
El objetivo de este descubrimiento no es ayudar a crear humanos invisibles.
En cambio, Gorodetsky espera que los hallazgos de su equipo permitan a los científicos obtener mejores imágenes de las células de la piel de los calamares, lo que a su vez conducirá a más innovaciones inspiradas en los calamares, como las ventanas líquidas.
Fuente: EurekAlert