El equipo espera que su trabajo pueda inspirar a otros microrrobots para que tengan más capacidades.
Investigadores de Harvard presentaron el robot Robobee en 2013 y desarrollaron una versión que usa estática para adherirse a las paredes en 2016.
Ahora, los científicos han creado una abeja robótica mejorada que puede volar, sumergirse en el agua y saltar directamente al aire.
Eso es mucho más difícil de lo que parece, ya que la pequeña máquina mide solo dos centímetros.
Para un robot tan pequeño, nadar en el agua es como nadar en melaza y romper la superficie del agua es como romper una pared de ladrillos.
Para resolver el problema, los investigadores del Instituto Wyss de Harvard y la Escuela de Ingeniería John A. Paulson diseñaron nuevos mecanismos que hacen posible que el RoboBee transite sin problemas desde el agua al aire.
En primer lugar, tenían que determinar las velocidades de aleteo adecuadas para sus alas en entornos aéreos y acuáticos.
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Una vez hecho esto, tuvieron que descubrir cómo la máquina podía romper la tensión superficial para poder salir del agua.
Un sistema de dos pasos: en primer lugar, la máquina recolecta agua en una cámara de flotación mientras nada hacia la superficie.
Una placa electrolítica dentro de la cámara convierte el agua en oxihidrógeno, que proporciona suficiente flotabilidad adicional para que las alas del robot salgan del agua.
Producen una chispa en la cámara que enciende el oxihidrógeno combustible, convirtiéndolo en combustible que le da a RoboBee el impulso que necesita para poder regresar al aire.
En el futuro, los microrrobots se pueden usar para misiones de búsqueda, desplegados en lugares lejanos para vigilancia antes de enviar máquinas más grandes para rescatar a las personas.
El equipo de RoboBee espera que su trabajo “investigando compensaciones como el peso y la tensión superficial pueda inspirar futuros microrobots multifuncionales, que puedan moverse en terrenos complejos y realizar una variedad de tareas”.
Fuente: Engadget
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