Durante mucho tiempo ha sido posible hacer robots extremadamente pequeños, pero generalmente necesitan algún tipo de control externo directo solo para operar.
Sin embargo, los científicos de Cornell pueden haber resuelto ese problema en un nivel básico.
Han creado microrrobots (no más de 250 micrómetros de diámetro) con “cerebros” electrónicos básicos que les permiten caminar de forma autónoma.
Los robots de dos y seis patas se mueven con relativa sencillez, mientras que un “dogbot” de cuatro patas cambia de velocidad cuando un operador envía pulsos de láser.
El truco consiste en construir un circuito de reloj complementario de metal-óxido-semiconductor (o CMOS) cuya señal produce frecuencias de onda cuadrada desfasadas que establecen el modo de andar de las patas de platino del robot.
La energía fotovoltaica controla tanto las patas como el circuito.
El diseño está lejos de ser complejo con solo 1,000 transistores (por contexto, una GeForce RTX 4090 tiene 76,3 mil millones), y aún es lo suficientemente grande como para servir efectivamente como el cuerpo del robot.
Sin embargo, incluso eso es un logro: las demandas de energía excepcionalmente bajas salvaron a Cornell de tener que usar energía fotovoltaica relativamente gigantesca.
Estos inventos están muy lejos de los robots autónomos a gran escala más sofisticados que se ven hoy en día.
Pueden avanzar, pero no mucho más.
Sin embargo, los investigadores ven esto como solo un comienzo.
Creen que los futuros microrobots podrían ser cruciales para la atención médica, donde podrían realizar cirugías internas y limpiar las arterias.
En otros lugares, podrían detectar productos químicos y eliminar contaminantes.
Cualquier bot de este tipo probablemente esté a años de distancia, pero este proyecto sugiere que son técnicamente posibles.
Fuente: Cornell