El sensor, que es un pequeño cuadrado de 2 milímetros, pesa sólo 1,6 miligramos, comunica la temperatura que registra a un router cercano.
A bordo del chip, una pequeña antena capta la energía de las radio ondas transmitidas por el router.
Una vez que está cargado, el sensor se enciende y mide la temperatura, y luego transmite una señal pequeña para que el router detecte.
La frecuencia de la señal transmitida se relaciona con la temperatura medida.
El chip es capaz de trabajar bajo una capa de pintura, yeso o cemento, lo que hace alusión a su uso previsto: los investigadores de la Eindhoven University of Technology calculan que los pequeños dispositivos podrían ser incorporados dentro de los edificios para vigilar las condiciones.
El sensor se basa en tecnología CMOS de 65-nm.
La misma tecnología también permitirá a los chips la detección de movimiento, luz y humedad.
Se estima que costará unos 20 centavos de dólar cada uno.
En este momento, el chip sólo puede transmitir su señal a unos 2,5 centímetros.
Los investigadores esperan que en última instancia, puedan llegar hasta 5 metros.
Fuente: Gizmodo