¿Qué tal una prisión futurista que podría simular una sentencia de 10 años de prisión en sólo 10 minutos implantando recuerdos falsos en el cerebro de un prisionero?
Después de recibir el implante cerebral, los prisioneros se conectarían a un dispositivo similar a la realidad virtual que les permitiría experimentar el dolor de la familia de su víctima a través de recuerdos generados por inteligencia artificial.
Estos recuerdos sintéticos se personalizan según el delito cometido y la estructura cerebral única, así como el perfil psicológico del individuo.
Los recuerdos se integrarían perfectamente en las redes neuronales existentes del cerebro, previniendo la disonancia cognitiva y garantizando que el sujeto experimente los recuerdos como si fueran reales.
Es solo un concepto sujeto a análisis éticos y morales.
Fuente: Techeblog