La mayoría de robots consiguen sus capacidades de agarre y de sensibilidad táctil a través de medios motorizados, los cuales pueden ser excesivamente voluminosos y rígidos.
Unos ingenieros han ideado un modo de que un robot blando pueda sentir lo que toca, de una manera muy parecida a como lo logramos los humanos.
El sistema ideado por el equipo de Robert Shepherd y Huichan Zhao, de la Universidad Cornell en Ithaca, Nueva York, Estados Unidos, se basa en guías de onda ópticas estirables, las cuales actúan como sensores de curvatura, estiramiento y fuerza, en una mano robótica blanda.
Casi todos los robots tienen hoy en día sensores en el exterior del cuerpo que detectan interacciones del entorno con la superficie.
https://youtu.be/5QNa9suB6FI
Con el nuevo sistema, los sensores están integrados dentro del cuerpo, de manera que detectan fuerzas conforme se transmiten por el cuerpo del robot, de una manera muy semejante a como nosotros y todos los animales superiores sentimos el dolor, por ejemplo.
Cuanto más se deforma la mano protésica por la fuerza recibida, más luz se pierde a través del núcleo.
Esa pérdida variable de luz, al ser detectada por un fotodiodo, es lo que permite a la prótesis “sentir” su entorno.
El grupo de Shepherd y Zhao usó su prótesis optoelectrónica para llevar a cabo una serie de tareas, incluyendo agarrar y comprobar la forma y la textura.
En particular, la mano pudo tocar tres tomates con la sensibilidad táctil suficiente como para determinar, por su blandura, cuál era el más maduro.
Fuente: Noticias de la Ciencia