Unos investigadores han desarrollado un compuesto que puede transformar luz del infrarrojo cercano en luz blanca de banda ancha, ofreciendo un modo barato y eficiente de producir luz visible.
La luz emitida es también sumamente direccional, una calidad deseable para dispositivos como los microscopios que requieren una alta resolución espacial, o para aplicaciones con una alta capacidad, como los sistemas de proyección.
El equipo de Nils Wilhelm Rosemann, de la Universidad de Marburgo en Alemania, diseñó su compuesto a partir de estaño y azufre, dotándolo de una estructura parecida a la de un diamantoide, recubrió después este andamio con ligandos orgánicos.
Cuando un láser dirige luz en el infrarrojo cercano hacia el compuesto, la estructura de este altera la longitud de onda de la luz a través de un proceso de interacción no lineal, produciendo luz con longitudes de onda que son visibles para el ojo humano.
Los autores del estudio señalan que la luz, cálida y de color blanco, que se emite es muy similar a la de una fuente de luz estándar halógena de tungsteno (2.583 grados centígrados), y que puede ser ajustada con arreglo a los niveles de excitación a través del láser.
Este desarrollo podría abrir nuevas vías de investigación orientadas a tecnologías de iluminación dirigida avanzadas, sobre todo porque los materiales usados en este sistema son baratos, ya disponibles y fácilmente adaptables a procesos de fabricación industrial.
Fuente: Noticias de la Ciencia