Los medicamentos de terapia antirretroviral (TAR) mantienen a las personas con VIH saludables y virtualmente libres de virus, con efectos secundarios relativamente menores, siempre y cuando tomen las píldoras diariamente.
La razón más grande por la que algunas personas no pueden mantenerse al día con el tratamiento diario es el acceso: muchas personas, particularmente en las áreas más pobres del mundo, simplemente no pueden permitirse un suministro de por vida.
Pero también existe un problema de adherencia: hasta el 30 por ciento de las personas no puede cumplir con el régimen diario de TAR necesario.
Para ayudar a remediar esta brecha, los investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y la Escuela de Medicina de Harvard han creado un pequeño contenedor de carga en forma de estrella, dentro de una cápsula de gel, para lograr el suministro de ART de una semana con una dosis.
Utilizando cerdos, descubrieron que su sistema de administración de fármacos podría proporcionar una liberación constante de tres medicamentos ART comunes durante una semana con pocos inconvenientes.
“La traducción clínica de esta estrategia representaría un cambio de paradigma en el tratamiento y la prevención del VIH”, escribieron los autores.
Debido a que algunos medicamentos antirretrovirales se usan para prevenir la infección por VIH mediante el uso diario de profilaxis previa a la exposición (PrEP), también calcularon cuánto más eficaz podría compararse una píldora semanal para PrEP con la versión diaria, basándose en investigaciones previas sobre la frecuencia en que la gente toma sus medicamentos.
“Encontramos que este cambio se manifestaría en aproximadamente un 20 por ciento de aumento en la eficacia de la PrEP semanal en comparación con la PrEP diaria”, dijo el autor principal Gio Traverso, investigador afiliado al Instituto Koch para la Investigación Integral del Cáncer del MIT y profesor de la Universidad de Harvard.
Eso podría equivaler a entre 200,000 y 900,000 casos de VIH prevenidos en los próximos 20 años en una parte del mundo de alto riesgo, como Sudáfrica, según cuán popular se haga el PrEP.
El sistema de entrega está hecho de seis “patas” rígidas que se unen a un núcleo central; cada pierna está llena con la droga.
Las patas están recubiertas con un polímero estructural que las mantiene dobladas dentro de la cápsula de gel y que son disueltas por el ácido del estómago.
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El interior de cada pata está hecho de un polímero diferente de “liberación de fármaco”, meticulosamente elegido por Traverso y su equipo para disolverse a diferentes velocidades.
Eso asegura que cada carga útil de droga se lanzará en un momento diferente.
Después de una semana, las conexiones entre las piernas y el núcleo se disuelven, por lo que todo se vacía de forma segura fuera del cuerpo.
Este tipo de personalización fácil idealmente significa que la tecnología podría ser un sistema de entrega de medicamentos casi universal, no solo una plataforma para el tratamiento del VIH.
Una versión anterior del sistema fue probado con el medicamento contra la malaria ivermectina, y el equipo espera desarrollar versiones que podrían funcionar con medicamentos utilizados para tratar la tuberculosis, la malaria y varias enfermedades tropicales desatendidas, dijo Traverso.
Cada medicamento requeriría una formulación diferente de polímeros, dependiendo de las propiedades químicas del fármaco, así como del calendario de dosificación necesario.
Teóricamente, dijo Traverso, el cronograma de lanzamiento del sistema podría extenderse a por lo menos un mes, pero posiblemente más, según su investigación.
Lyndra, la compañía biomédica Traverso y otros que se formaron alrededor de esta tecnología, está planeando enfocarse en estas enfermedades, así como en trastornos neuropsiquiátricos como el Alzheimer.
Sin embargo, al igual que con cualquier avance médico prometedor, la prueba real solo vendrá a través de investigaciones en seres humanos.
Si todo va bien, Traverso dice que estos ensayos podrían completarse dentro del próximo año o dos.
Fuente: Gizmodo