Todavía no estamos completamente seguros de cómo se formó la Luna hace miles de millones de años, un misterio que los científicos han estado tratando de desentrañar durante décadas.
Pero con la ayuda de simulaciones y supercomputadoras, nos estamos acercando mucho más.
Una de las hipótesis más populares que explican la formación de la Luna sugiere que se formó después de que un objeto del tamaño de Marte llamado Theia chocara con la Tierra hace unos 4.500 millones de años.
La nube de escombros resultante luego se fusionó durante meses o años, formando la Luna tal como la conocemos hoy, aunque los detalles sobre la colisión hipotética siguen siendo un misterio.
Una de las piezas más importantes del rompecabezas hasta la fecha es el hecho de que las rocas devueltas por los astronautas durante las misiones Apolo se parecían mucho a la composición de las rocas de la Tierra.
Ahora, una nueva simulación sorprendente realizada por investigadores de la Universidad de Durham abre una teoría sorprendentemente diferente: la Luna puede haberse formado en un período de tiempo mucho más corto, una cuestión de horas, no meses o años, después de la colisión de la Tierra y Theia.
El equipo usó supercomputadoras de última generación para simular cientos de impactos diferentes entre dos cuerpos en colisión.
El video resultante es una impresionante animación de dos objetos flotantes, atrapados en un baile que arroja lava.
Gracias a la resolución muy mejorada de sus simulaciones en comparación con los esfuerzos anteriores, los investigadores concluyeron que un satélite similar a la Luna probablemente se formó en un período de tiempo mucho más corto.
Eso se debe a que menos material resultante de la colisión estaba en estado fundido de lo que se pensaba anteriormente.
En otras palabras, la Luna puede estar formada por mucho más material terrestre, especialmente en lo que respecta a sus capas externas, lo que tiene sentido dado lo que sabemos sobre sus similitudes en la composición.
La teoría también sugiere que la Luna puede tener un núcleo parcialmente fundido, lo que explica su corteza inusualmente delgada y por qué su órbita está inclinada.
“Entramos en este proyecto sin saber exactamente cuáles serían los resultados de estas simulaciones de alta resolución“, dijo Jacob Kegerreis, investigador postdoctoral en el Centro de Investigación Ames de la NASA y autor principal del nuevo artículo.
“Entonces, además de la gran revelación de que las resoluciones estándar pueden darte respuestas engañosas, fue muy emocionante que los nuevos resultados pudieran incluir un tentador satélite similar a la Luna en órbita“, agregó.
“Cuanto más aprendemos sobre cómo se formó la Luna, más descubrimos sobre la evolución de nuestra propia Tierra“, dijo Vincent Eke, investigador de la Universidad de Durham y coautor del artículo, en un comunicado de la NASA.
Fuente: Futurism